Buenos Aires – En apenas un año de gestión de Javier Milei, la industria del turismo en Argentina atraviesa una crisis profunda. Según Matías Lammens, ex ministro de Turismo y Deportes y actual legislador porteño por Unión por la Patria, la destrucción del sector es evidente y las cifras son demoledoras: «Se han perdido el 2% de los empleos en turismo en un solo año».
El diagnóstico es claro. Argentina, históricamente un destino atractivo para visitantes extranjeros, registró una caída del 10% en el turismo internacional, un golpe que se suma a la retracción del mercado interno. Con una política económica que prioriza el ajuste sin estímulos para la demanda, los argentinos han dejado de viajar dentro del país. «El turismo en Argentina está carísimo en dólares. Sin incentivos, ni el turismo extranjero ni el interno pueden sostenerse», advierte Lammens.
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La crisis se profundiza en destinos que hasta hace poco mostraban crecimiento sostenido. Mendoza, una provincia que rara vez simpatiza con políticas peronistas, expresó a través de su Cámara de Industria y Comercio la necesidad de recuperar un plan similar al PreViaje, un programa de estímulo al turismo nacional que en su momento revitalizó el sector. «El PreViaje tenía consenso transversal porque funcionaba. Pero el dogma de este gobierno lo impide», subraya el legislador.
La situación del turismo se inscribe en un contexto más amplio de deterioro del mercado laboral. Lammens alerta sobre la crisis estructural que se avecina: «Vamos rumbo a un desempleo grave. Lo que está pasando con el turismo es apenas un síntoma de un modelo económico que se basa en el ajuste sin ninguna política de desarrollo».
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Más allá del impacto económico, el dirigente señala una cuestión ideológica de fondo: «Lo que se está imponiendo es una batalla cultural absurda. Mientras el gobierno de Milei sigue enfocado en el choque permanente, en la agenda de la confrontación, se cierran pymes, se pierden empleos y se frenan las inversiones». Para Lammens, la gestión libertaria está dañando el entramado productivo con decisiones que responden más a una cruzada ideológica que a un plan concreto para mejorar la economía real.
Pero la crisis del turismo no es el único reflejo de la decadencia de la actual gestión. Lammens también se refiere a la Ciudad de Buenos Aires, donde el PRO, partido que gobierna hace más de 15 años, atraviesa una crisis sin precedentes. «El debilitamiento del PRO es evidente. Están perdiendo poder, y su gestión está agotada. La ciudad está peor que hace tres años y se les fugan presos de las alcaldías todas las semanas», afirma.
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Ante este panorama, el ex ministro plantea la necesidad de un nuevo frente opositor para enfrentar a Milei en 2025. «Es momento de construir una alternativa amplia. No es solo peronismo versus antiperonismo. Hay una mayoría que no está de acuerdo con lo que está pasando en Argentina, y esa mayoría debe organizarse», sentencia. Y desliza que el candidato ideal para enfrentar al oficialismo no necesariamente es Cristina Kirchner: «Los votos son negativos. Si Milei sigue con esta lógica de choque permanente, su peor enemigo será él mismo. Y el candidato que lo derrote puede ser alguien nuevo, con menos desgaste».
Mientras el país se hunde en una crisis económica y social cada vez más profunda, la pregunta sigue en el aire: ¿Cuánto más resistirá el modelo de Milei antes de que la propia sociedad lo empuje al abismo electoral?
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