Productor agropecuario de Entre Ríos a juicio oral por acopiar 30 kilos de cocaína

Leonardo Roberto Airaldi, un productor rural y expresidente de la Sociedad Rural de Diamante, está acusado de almacenar y transportar cocaína a través del río Paraná. Mientras el gobierno de Javier Milei promete «limpiar» el país, este caso expone la intrincada red de narcotráfico que se esconde en el corazón del sector agropecuario.


El caso de Leonardo Roberto Airaldi, un productor agropecuario de 43 años y expresidente de la Sociedad Rural de Diamante, Entre Ríos, no es solo otro escándalo de narcotráfico. Es una radiografía de cómo el crimen organizado ha permeado las estructuras económicas y sociales del país, y una muestra más de la ineficacia del gobierno de Javier Milei para combatir este flagelo. Airaldi está acusado de almacenar casi 30 kilos de cocaína en una vivienda de Puerto Gaboto, Santa Fe, y de utilizar su establecimiento rural en las islas del Paraná como centro logístico para el tráfico de drogas.

El fiscal federal Walter Rodríguez, a cargo del Área de Investigación y Litigio de Casos Complejos de la Unidad Fiscal Santa Fe, ha solicitado la elevación a juicio del caso, destacando que Airaldi contaba con «la estructura y logística adecuada para obtener un mecanismo eficiente dirigido a la exportación de la droga». Sin embargo, este caso no es solo sobre un individuo; es sobre un sistema que permite que el narcotráfico florezca bajo la mirada cómplice de quienes deberían combatirlo.

El gobierno de Milei, que llegó al poder con promesas de «limpiar» el país de la corrupción y el crimen organizado, parece haber fallado en su misión. Este caso no solo expone la penetración del narcotráfico en el sector agropecuario, sino también la falta de una estrategia coherente y efectiva por parte del Estado para enfrentar este problema. Mientras Airaldi enfrenta cargos por almacenamiento y tráfico de estupefacientes, su empleado, Diego Roberto Torres, sigue prófugo, con una recompensa de tres millones de pesos ofrecida por el Ministerio de Seguridad de la Nación.

La investigación revela que Airaldi y Torres utilizaban términos como «maple», «lomo» y «novillo» para referirse a la cocaína, un código común en el mundo del narcotráfico para evadir la vigilancia. Además, se encontraron conversaciones en dispositivos telefónicos que vinculan a Airaldi con una red de tráfico de drogas que operaba a través del río Paraná, utilizando lanchas y avionetas para el transporte.

Pero lo más preocupante es la aparente impunidad con la que operaba esta red. A pesar de las evidencias, el fiscal Rodríguez ha solicitado que el Juzgado Federal de Santa Fe se declare incompetente para intervenir en el caso, argumentando que los hechos están conectados con una investigación más amplia en Paraná, Entre Ríos. Esta fragmentación de la justicia no hace más que beneficiar a los acusados, permitiéndoles evadir la responsabilidad plena por sus crímenes.

El caso de Airaldi no es aislado. Es parte de un patrón más amplio de narcotráfico que ha encontrado en el sector agropecuario un aliado estratégico. Las vastas extensiones de tierra, las rutas fluviales y la infraestructura logística del campo argentino se han convertido en herramientas clave para el crimen organizado. Y mientras el gobierno de Milei se enfoca en recortes presupuestarios y medidas de austeridad, el narcotráfico sigue creciendo, alimentado por la falta de recursos y coordinación en las fuerzas de seguridad.

Va a juicio un ruralista por la tenencia de 30 kilos de cocaína hallados por  azar en Puerto Gaboto

Este caso también plantea preguntas incómodas sobre el papel de las élites rurales en el narcotráfico. Airaldi no es un marginal; es un productor agropecuario con conexiones políticas y económicas. Su implicación en este escándalo sugiere que el narcotráfico no es solo un problema de las zonas marginales, sino que ha infectado a las capas más altas de la sociedad.

En un momento en que el gobierno de Milei promete «orden y libertad», este caso es un recordatorio de que el orden no puede construirse sobre la impunidad. Si el gobierno no toma medidas concretas para desmantelar estas redes y fortalecer la justicia, el narcotráfico seguirá siendo una sombra que acecha al país, corroyendo sus instituciones y su futuro.

Fuente:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *