CFK prepara una reunión clave para reorganizar el PJ y definir su postura frente a los dirigentes que apoyan al gobierno de Milei

Cristina Kirchner busca revitalizar el peronismo con una convocatoria histórica al Consejo Nacional del PJ. En la mira están los dirigentes que, siendo electos por el peronismo, hoy votan con el gobierno de Javier Milei. ¿Expulsiones o reconciliaciones?

Mientras el gobierno de Javier Milei avanza con su agenda de ajuste y desregulación, Cristina Kirchner no pierde tiempo. La ex presidenta y actual líder del Partido Justicialista (PJ) está preparando una movida estratégica que podría redefinir el futuro del peronismo: la convocatoria al Consejo Nacional del PJ en marzo. Este encuentro no es un mero trámite partidario, sino una señal clara de que Cristina busca reorganizar y fortalecer al peronismo frente a un oficialismo que, desde su llegada al poder, no ha dejado de atacar las bases del movimiento.

Según fuentes cercanas a la ex mandataria, la reunión tendrá dos objetivos principales. Por un lado, dotar al PJ de una estructura dinámica y moderna que le permita recuperar su capacidad de movilización y representación. Por otro, definir una postura clara frente a aquellos dirigentes que, habiendo sido electos bajo la bandera del peronismo, hoy apoyan las políticas de Milei. Entre ellos, figuras como el gobernador de Tucumán, Osvaldo Jaldo, y varios diputados que han votado a favor de las iniciativas del oficialismo.

La pregunta que ronda en los pasillos del PJ es: ¿qué hacer con estos «traidores»? Algunos sectores del partido abogan por seguir el ejemplo del radicalismo, que en su momento expulsó a quienes se alinearon con el macrismo. «Claridad: votaste peronista, cumplí con la plataforma», argumentan. Otros, en cambio, prefieren una estrategia más conciliadora, buscando evitar fracturas internas en un momento en que la unidad es más necesaria que nunca.

Pero la convocatoria al Consejo Nacional no es el único movimiento de Cristina. La ex presidenta también planea retomar sus apariciones públicas, con visitas a la provincia de Buenos Aires y al interior del país. Tucumán, donde Jaldo gobierna en alianza con La Libertad Avanza, sería uno de los primeros destinos. La visita de Cristina a un territorio controlado por un aliado de Milei no sería casual: es una forma de demostrar que el peronismo sigue vivo y que no teme enfrentar al oficialismo en su propio terreno.

Este resurgir de Cristina no ocurre en un vacío político. El gobierno de Milei, con su retórica antiperonista y su agenda de ajuste, ha generado un clima de polarización que beneficia a quienes buscan reconstruir la identidad del peronismo. Además, las políticas económicas del oficialismo, caracterizadas por fuertes recortes y despidos, han generado un creciente malestar social que el peronismo podría capitalizar.

Sin embargo, no todo es color de rosa para Cristina. La ex presidenta sigue siendo un blanco constante de ataques mediáticos y judiciales, y su figura divide aguas incluso dentro del propio peronismo. Algunos sectores la ven como la única líder capaz de unificar al movimiento, mientras que otros la consideran un lastre que impide la renovación del partido.

Lo que está claro es que la convocatoria al Consejo Nacional del PJ marca un punto de inflexión. Cristina no solo busca reorganizar al peronismo, sino también enviar un mensaje al gobierno de Milei: el peronismo no está muerto, y está dispuesto a luchar por recuperar el espacio que le corresponde en la política argentina.

En un contexto de creciente descontento social y polarización política, la reunión de marzo podría ser el inicio de un nuevo capítulo en la historia del peronismo. Un capítulo en el que Cristina Kirchner, una vez más, juega un papel central.

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