La decisión de Ciudad, de impedirle a los docentes abordar ciertos temas en clase, ya está siendo cuestionada por gremios y legisladores.
El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires estableció nuevas restricciones para los docentes: a partir de ahora, no podrán expresar opiniones sobre religión, política o sexualidad en el aula.
La medida se oficializó a través de un reglamento interno que fue enviado a las escuelas y generó fuertes críticas desde distintos sectores.
El documento establece que los docentes tienen prohibido «expresar, durante el desarrollo de las clases, opiniones o adoptar conductas de manera intencionada que pudieran influir, confundir y/o afectar a los menores en temas relacionados con religión, sexualidad, género, etnia, política partidaria u otros de similar relevancia».
La secretaria general de Ademys, Amanda Martín, fue una de las primeras en denunciar la situación al compartir una captura del reglamento en redes sociales. “En caso de que estos temas surjan durante la clase por iniciativa del estudiante, el docente deberá informar al equipo de conducción para que los equipos especializados puedan intervenir y brindar el acompañamiento necesario al estudiante y su familia en cada situación”, indica el documento.
Desde el gremio docente consideraron que esta medida es un intento de censura y de control ideológico sobre la educación pública. En la misma línea, la diputada nacional Vanina Biasi llevó el tema al Congreso y lo vinculó con otras decisiones recientes del Ejecutivo porteño.
“Estamos en presencia de un proceso de persecución política e ideológica contra la docencia”, sostuvo en el recinto. Además, repudió al jefe de Gobierno, Jorge Macri, por haber impulsado esta normativa, que calificó como “una estrategia para disciplinar y censurar a los trabajadores de la educación”.
El Gobierno porteño prohíbe a los docentes hablar de política, religión y sexualidad en las aulas
La decisión del Gobierno de la Ciudad se da en un contexto de creciente debate sobre el acceso a contenidos de Educación Sexual Integral (ESI).
En enero, la gestión de Macri ya había bloqueado material didáctico en los portales oficiales bajo el argumento de que se realizaría una «revisión exhaustiva» del contenido.
Mientras el oficialismo defiende la medida como parte de una política de “neutralidad” en las aulas, los sectores críticos advierten sobre el impacto que puede tener en la formación de los estudiantes y en la libertad de cátedra de los docentes.
Por Ezequiel Bucetto para Data Diario
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