El decreto que convierte al Banco Nación en sociedad anónima es el primer paso hacia su privatización. Sergio Palazzo, secretario general de La Bancaria, advierte sobre el negocio multimillonario que impulsa el gobierno y denuncia una maniobra ilegal que pone en riesgo el futuro financiero del país.
El gobierno de Javier Milei decretó la transformación del Banco Nación en una sociedad anónima, allanando el camino para su posterior venta. Sergio Palazzo denuncia que detrás de la medida se esconde uno de los mayores negociados del oficialismo, con actores internacionales como BlackRock en la mira. Además, revela que ya se negocian colocaciones de deuda en EE.UU., una estrategia que recuerda a las privatizaciones de los ‘90 y que podría culminar con la entrega del sistema financiero argentino a intereses extranjeros.
La decisión del gobierno de Javier Milei de convertir al Banco Nación en una sociedad anónima encendió las alarmas en el sector financiero y sindical. La medida, publicada mediante un decreto, es vista por muchos como el primer paso de una privatización encubierta que, de concretarse, marcaría uno de los mayores retrocesos en la estructura económica del país. Sergio Palazzo, secretario general de La Bancaria, fue categórico: «Esto forma parte de una gran estafa, no sólo al pueblo argentino, sino que buscan convertirlo en un negocio privado a costa del patrimonio público».
El Banco Nación no solo es la principal entidad financiera de la Argentina, sino también un motor clave para las pequeñas y medianas empresas, el sector agropecuario y miles de ciudadanos que dependen de su financiamiento. Con más de 700 sucursales en todo el país, el banco ha sido históricamente un pilar del sistema financiero nacional, garantizando créditos accesibles y fomentando el desarrollo productivo. «Si alguien cree que esto no los va a afectar, que empiece a mirar con otros ojos. No sólo es el principal prestamista de las pymes y el campo, sino que además es el mayor tenedor de hipotecas rurales. Si lo privatizan, el destino de muchas tierras argentinas quedará en manos de fondos buitres», advirtió Palazzo.
Un negocio multimillonario para los mismos de siempre
Palazzo reveló que uno de los principales interesados en la privatización del banco es BlackRock, el megafondo de inversión que ha sido señalado en múltiples ocasiones por su influencia en la política económica argentina. «Siempre ha estado sobre la mesa. No sería extraño que sea uno de los principales actores detrás de este intento», señaló el dirigente bancario.
El secretario de La Bancaria también alertó sobre una reciente reunión en Estados Unidos entre funcionarios del Banco Nación y brokers financieros para negociar la colocación de una obligación negociable en el mercado internacional. «Es un paso previo a la privatización. No sólo intentan transformar su figura jurídica, sino que además buscan endeudarlo para justificar la venta. En estas operaciones las comisiones por colocación oscilan entre el 0,5% y el 2%. Hablamos de cientos de millones de dólares en juego».
Privatización por decreto y una estafa al Congreso
El oficialismo ya había intentado incluir al Banco Nación en el paquete de privatizaciones de la fallida Ley Ómnibus. Sin embargo, en la versión acotada del proyecto, la entidad había quedado excluida junto con YPF y Aerolíneas Argentinas. «El gobierno sabe que no tiene los votos para avanzar con la privatización en el Congreso, por eso apela a este atajo. Es un fraude a la voluntad legislativa y una violación del marco legal vigente», denunció Palazzo.
La maniobra tiene una lógica clara: al convertirlo en sociedad anónima, el gobierno podrá emitir acciones y ceder su control sin necesidad de pasar por el Congreso. «Están siguiendo el mismo manual que en los ‘90, cuando Menem rifó el país a precio de saldo. Pero esta vez lo hacen con el blindaje mediático de los grandes grupos económicos», advirtió el dirigente sindical.
Estado de alerta y movilización
Ante la gravedad de la situación, La Bancaria declaró el estado de alerta y movilización. «Convocamos a un plenario urgente para definir un plan de acción. No vamos a permitir que el Banco Nación sea rematado en una subasta de amigos», sostuvo Palazzo. El sindicato anticipa una serie de medidas de fuerza en los próximos días y apuesta a la resistencia legislativa para frenar el avance del gobierno.
El saqueo financiero avanza a paso firme. En un país donde la entrega de recursos estratégicos ha sido una constante bajo gobiernos neoliberales, la privatización del Banco Nación podría significar la consolidación del poder absoluto de los grupos económicos sobre la economía argentina. «Van por todo. Y donde hay dinero, están ellos», concluyó Palazzo.
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