(Por Juan Alonso) La maniobra del lobby gubernamental fue realizada ante uno de los principales acusados del fraude cripto que tiene más de 75 mil víctimas en el mundo por 300 millones de dólares
Cuando usted lea esta crónica es posible que Javier Gerardo Milei esté en una cumbre ultraconservadora de EE.UU que auspicia la Asociación del Rifle. Eso sería el detalle aparente: lo que subyace detrás de la escena no puede ocultarse con reuniones en el Fondo Monetario Internacional (FMI) y paseos filmados con supremacistas milmillonarios como Elon Musk.
Un operador de Milei habla con frecuencia con el impulsor de la meme Libra. Se trata de Hayden Davis, de 28 años, ciudadano estadounidense y millonario precoz que atesora más de 100 millones de dólares por la estafa que promovió junto a Milei desde su cuenta como presidente de Argentina en la red social X.
Davis fue amenazado de muerte y convive con custodia privada en alguna parte de EE.UU. Una persona de su íntima confianza reveló a este cronista que Davis mantiene diálogos con integrantes del gobierno de Milei y le han ofrecido “protección” y hasta “una defensa unificada”. El hecho resulta de una gravedad institucional inusitada en la historia de Argentina. Milei es un sujeto que declara que no se siente presidente y confunde el rol del ministro de Justicia de la Nación, Mariano Cúneo Libarona, como si se tratara de su abogado de parte.
Después de toda una semana y al cierre de esta edición, Milei no se ha presentado ante la Justicia argentina donde suman más de 150 causas en su contra por estafa.
¿Por qué el gobierno le ofrece una “defensa unificada” a Davis, si Milei, según él, no cometió ningún delito?
Lo cierto es que está probado que los posteos del presidente argentino están tipificados en el Código Penal como acciones de partícipe necesario del delito de estafa en flagrancia, al menos en dos oportunidades.
La primera vez fue cuando el viernes pasado mantuvo durante unas 5 horas la promoción de una moneda virtual que escaló hasta mover millones de dólares –con información privilegiada de su entornó íntimo-, después de reuniones en Argentina con Davis y sus asociados, quien ingresó con su pasaporte estadounidense por el Aeropuerto de Internacional de Ezeiza. La segunda ocurrió a mitad de semana cuando posteó de nuevo y generó el alza del negociado cripto.
La inacción del Poder Judicial de Argentina resulta llamativa y pavorosa. Uno de los jueces federales, casualmente, aprovechó para tomarse licencia una hora antes del escándalo y las denuncias. El fiscal Eduardo Taino estaba de vacaciones que parecen extenderse como una película muda. Aún no han requerido pruebas directas ni allanamientos en los domicilios de los principales sospechosos de las denuncias.
Milei conserva las conversaciones de su teléfono celular y nadie del Poder Judicial pidió peritar los contactos de su asesor, Santiago Caputo, la secretaria General de la Presidencia, Karina Milei, y el vocero Manuel Adorni, entre otros/otras.
Las causas judiciales se van acumulando en los juzgados federales de María Servini y Sandra Arroyo Salgado en San Isidro. La primera magistrada debe dilucidar si Milei violó la mitad del Código Penal, tal como denunció el abogado Gregorio Dalbon. Y la segunda jueza debe responder a la pregunta de cómo fue que Milei divulgó desde la Quinta Presidencial de Olivos una estafa mundial que afectó a personas inocentes que creyeron en su mensaje. Y defraudados en su buena fe presentaron demandas en comisarías y juzgados provinciales que escalaron hasta el fuero federal.
El dirigente Juan Grabois receptó varias denuncias de percibidos libertarios, que se quejaron civil y penalmente contra el presidente, luego de perder todos sus ahorros.
En EE.UU la situación tampoco resulta nada fácil para el dúo de hermanos que se jacta de ser tan fuertes como los leones africanos. La selva financiera de Nueva York es controlada por auténticos depredadores. Todo está a la vista de la temida SEC –Comisión de Bolsa y Valores de EE.UU.-, y Milei con su promoción desvalijó a varios ciudadanos norteamericanos que están iniciando sendas demandas ante el Departamento de Justicia y el FBI.
¿Desde cuándo conocía Milei a Davis y por qué intenta dosificar críticas hacia el muchachito cripto?
Una fuente confiable asegura que hubo una reunión clave en la que estaban presentes algunos referentes liberales libertarios de esos que sienten placer por destruir el Estado desde adentro. Allí Davis desgranó el plan de su negocio. Hubo algunas advertencias que no fueron tenidas en cuenta en aquel primer momento. Estaba orientada al nivel de riesgo que significaba promocionar un negocio privado que derivaría en una estafa global. Y más si ese negocio era promovido por el presidente de un país como Argentina.
Ahora ese hombre que deseaba ganar el Premio Nobel de Economía, decía que era un experto en crecimiento “con o sin dinero”, y se proclamaba a favor del reino absoluto del mercado, va camino a destruirse a sí mismo junto al país que representa y niega de forma sistemática.
Javier Gerardo Milei ya no es un león, apenas un dibujo chistoso para niños incautos que miran la señal Cartoon Network en California.
Si bien, el misterioso Davis dejó de hablar en los medios especializados de EE.UU., sigue en tratativas con el gobierno de Milei.
El sinuoso circuito de amenazas llegó hasta sus asesores. Hubo al menos dos amenazas de muerte en Argentina y otras tantas en tierra de Donald Trump.
¿El objetivo? Lograr que Davis se acople a la defensa mediática, virtual, y legal de los hermanos Milei.
Más temprano que tarde, hubo una demanda que llamó la atención a los jurisconsultos de acá y del exterior.
En el Fuero Penal Económico, acusaron a Milei por el delito de agiotaje: manipulación de precios y valores financieros para obtener un determinado lucro. El penalista José Manuel Ubeira no descarta esa figura en el episodio Milei.
En 1952, Juan Domingo Perón penalizó el agio. En 2025, decae la compra de carne y leche, y sube la inflación alimentaria por la depreciación de los salarios de los trabadores. Algunos economistas serios observan el riesgo del desabastecimiento de supermercados y almacenes por la caída del consumo interno.
Algo nada virtual. Es nada menos que la alimentación del pueblo argentino. Compuesto por jubilados y pensionados apaleados y gaseados por la Policía Federal en los alrededores del Congreso.
Al mismo tiempo, Milei y su entorno intentan controlar los daños irreversibles de su intervención en el Criptogate.
Continuará…
Fuente: diario.red
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