Milei avanza sobre la Corte: La designación polémica de Lijo y García-Mansilla por decreto

El presidente Javier Milei ha designado por decreto a Ariel Lijo y Manuel García-Mansilla como nuevos miembros de la Corte Suprema de Justicia, una decisión que ha generado controversia y críticas desde diversos sectores.

Ariel Lijo: cuestionamientos por desempeño y antecedentes

Ariel Lijo, actual juez federal en Comodoro Py, ha sido objeto de múltiples críticas por su desempeño en causas de corrupción y su historial en el Consejo de la Magistratura. El Instituto de Estudios Comparados en Ciencias Penales y Sociales (INECIP) lo considera el juez con peor desempeño en Comodoro Py, señalando irregularidades y demoras en causas de alta relevancia. Además, diversas instituciones judiciales, como el Colegio de la Ciudad de Buenos Aires y la Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Buenos Aires, han expresado su oposición a su designación, argumentando que no cumple con los requisitos de idoneidad y aptitud para el cargo.

Manuel García-Mansilla: perfil académico y vínculos empresariales

Manuel García-Mansilla, abogado especializado en Derecho Constitucional y docente en la Universidad Austral, ha sido propuesto para reemplazar al juez Juan Carlos Maqueda, quien se jubila en diciembre. Su perfil académico y su vinculación con el mundo empresarial han sido destacados, pero también han suscitado interrogantes sobre su imparcialidad y la posible influencia de intereses corporativos en sus decisiones judiciales.

Reacciones y preocupaciones

La designación de Lijo y García-Mansilla ha generado preocupación entre sectores que defienden la independencia judicial y la idoneidad de los magistrados. La Cámara de Diputados de la Provincia de Santa Fe, por ejemplo, expresó su enérgico repudio a la postulación de Lijo, acusándolo de irregularidades en su desempeño como juez federal.

Además, la propuesta de estos candidatos por parte del presidente Milei, sin la intervención del Senado, ha sido vista como una concentración de poder y un debilitamiento de los controles institucionales, lo que podría afectar la independencia y la legitimidad de la Corte Suprema.



La designación de Ariel Lijo y Manuel García-Mansilla por decreto presidencial plantea serias interrogantes sobre la idoneidad y la independencia de los nuevos miembros de la Corte Suprema. La falta de consenso y las críticas recibidas sugieren la necesidad de un proceso más transparente y participativo en la selección de los magistrados, que garantice la confianza pública en el máximo tribunal del país.

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