A casi dos semanas de la escandalosa estafa con la criptomoneda Libra, la causa judicial sigue estancada. El fiscal Eduardo Taiano, a quien la jueza María Servini le delegó la investigación, se ha limitado a realizar pedidos formales de información al Banco Central, la Comisión Nacional de Valores y Google, entre otras entidades, mientras evita las medidas realmente cruciales: el secuestro de celulares y la investigación de los movimientos de los principales involucrados.
Según informó el portal La Política OnLIne, lejos de avanzar con determinación, Taiano parece jugar a favor del gobierno de Javier Milei, que observa con alivio la parálisis judicial. La decisión del fiscal de no incautar los teléfonos de los principales implicados, incluyendo a los hermanos Milei y al vocero presidencial Manuel Adorni, despierta sospechas de un encubrimiento en marcha. Además, sorprende que ni siquiera haya solicitado los registros de ingreso a la Casa Rosada y la Quinta de Olivos, donde podrían encontrarse rastros de reuniones clave para concretar la estafa.
El abogado Gregorio Dalbón, quien sigue de cerca el caso, fue contundente: “La causa viene muy lenta, con medidas muy simples para una causa tan compleja”. La falta de acción por parte del fiscal solo refuerza la hipótesis de que el oficialismo maniobra para frenar cualquier investigación que salpique a la cúpula libertaria.
Las dudas sobre el rol de Taiano se potencian con un dato clave: su hijo, Federico Taiano, fue designado funcionario en la Jefatura de Gabinete de Guillermo Francos, un hombre de extrema confianza del Presidente. El conflicto de intereses es evidente. ¿Puede un fiscal cuyo hijo trabaja para el gobierno investigar con imparcialidad un escándalo que toca directamente al poder?
La jueza Servini, por su parte, tampoco parece una figura ajena a los intereses libertarios. Su cercanía con Santiago Viola, apoderado de La Libertad Avanza, y su interés en la designación de Ariel Lijo en la Corte Suprema suman elementos que sugieren un pacto de protección judicial a Milei y su entorno.
Mientras la causa se congela, el dinero se esfuma
Mientras la investigación se empantana, los expertos informáticos ya detectaron movimientos de fondos desde las billeteras virtuales ligadas a la estafa. Esto indica que los responsables están ganando tiempo para ocultar pruebas y desviar los millones recaudados con Libra.
La falta de avances también le da un respiro a la Casa Rosada, que había planeado que el ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, renunciara para dedicarse exclusivamente a la defensa de los Milei. Sin embargo, con la causa paralizada, esa estrategia quedó en suspenso.
El Criptogate es una bomba de tiempo, pero el gobierno parece contar con el blindaje judicial necesario para dilatarla indefinidamente. La pregunta es hasta cuándo podrá sostenerse este esquema de impunidad sin que la presión pública y política termine forzando una investigación real.
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