El modelo económico de Javier Milei no solo se desangra por la fuga de reservas del Banco Central para sostener un dólar artificialmente bajo. En el plano productivo, la combinación de apreciación cambiaria, caída del consumo, aumento de importaciones y tarifazos está desmoronando la industria nacional. Como resultado, crecen los despidos y suspensiones en empresas emblemáticas como Nestlé y General Motors, dejando en evidencia que el ajuste libertario no es solo una cuestión fiscal, sino una ofensiva directa contra el empleo.
Nestlé paralizada: despidos y suspensiones en Córdoba
Nestlé, una de las mayores productoras de alimentos del mundo, tiene suspendida la producción en su planta de Villa Nueva, Córdoba, desde hace más de un mes, alegando una reducción de stocks ante el derrumbe del consumo interno y la caída de exportaciones. La crisis ya se cobró 10 despidos, y se esperan más en las próximas semanas, según fuentes del sector.
El Ministerio de Trabajo intervino, pero el panorama es desolador. La contracción del mercado interno, provocada por la licuación de salarios impulsada por el gobierno de Milei, golpea de lleno a la industria alimenticia. La situación de Nestlé no es aislada: otras empresas como Granja Tres Arroyos y Sancor atraviesan problemas similares, con despidos, cierre de plantas y salarios adeudados.
El sector lácteo, pese a haber registrado un leve repunte en la producción en enero, aún no se recupera del desplome de 2024. La mejora interanual del 11% en productos como quesos y yogures es insuficiente para compensar la caída del año pasado, cuando la industria sufrió un golpe del 12,1% tras la devaluación de Milei.
General Motors: suspensiones masivas por la crisis exportadora
El sector automotriz también está en crisis. General Motors anunció la paralización de su planta de Alvear, Santa Fe, entre el 25 de marzo y el 14 de abril, afectando a 600 trabajadores que solo cobrarán el 75% de su salario durante la suspensión.
Las causas de la crisis en el sector son múltiples, pero todas están ligadas al modelo económico de Milei:
La devaluación del real brasileño encareció las exportaciones argentinas, restando competitividad a los autos fabricados en el país.
El aumento de la importación de autos chinos está desplazando a la industria local, favorecida por la desregulación y la eliminación de aranceles.
La caída del mercado interno por el desplome del salario real reduce la demanda de vehículos.
Según la Asociación de Fábricas de Automotores (ADEFA), en los dos primeros meses de 2025 las exportaciones a Brasil bajaron un 13,5%, mientras que los autos brasileños ya representan el 44% de las ventas en Argentina.
Sergio Gazzera, del sindicato Smata, alertó sobre la gravedad del panorama: «Hace dos meses se fueron 309 trabajadores. Esto no es solo una suspensión, es un problema estructural y la preocupación es enorme”.
Milei: ajuste para los trabajadores, libertad para los importadores
El modelo libertario de Milei está destruyendo la producción nacional. Su política de apertura indiscriminada de importaciones y tarifazos favorece a los grandes importadores y golpea a las industrias que generan empleo en el país. Mientras se hunden fábricas, se suspenden trabajadores y caen las exportaciones, el gobierno sigue beneficiando al capital financiero y a las multinacionales.
Lejos de la promesa de un «shock de inversiones», lo que se consolida es un shock de desempleo y pobreza. La recesión y la desindustrialización avanzan, pero el gobierno sigue negando la realidad. ¿Cuánto más podrá sostenerse un modelo que solo beneficia a un puñado de especuladores mientras destruye la Argentina productiva?
Suspensiones y despidos en Nestlé y General Motors: La receta libertaria de recesión, desindustrialización y pérdida de empleos

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