El gobierno de Javier Milei confirmó la salida del país de la Organización Mundial de la Salud, siguiendo los pasos de Donald Trump. Una medida polémica que podría complicar el acceso a vacunas y tratamientos, y aislar al país en materia sanitaria.
En una decisión que ha generado críticas y preocupación, el gobierno de Milei anunció el retiro de Argentina de la OMS. ¿Es este un acto de soberanía o un paso hacia el aislamiento internacional que pone en riesgo la salud pública? Analizamos las implicancias de esta medida.
El gobierno de Javier Milei ha dado un paso que ha sacudido no solo al ámbito sanitario, sino también al político y social: la salida de Argentina de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Esta decisión, confirmada por el vocero presidencial Manuel Adorni en una conferencia de prensa, sigue la línea de lo que hizo Donald Trump durante su presidencia en Estados Unidos y ha generado un intenso debate sobre sus consecuencias para el país. ¿Es esta una medida que refuerza la soberanía nacional, como argumenta el gobierno, o un acto de aislamiento que pone en riesgo el acceso a vacunas, tratamientos y cooperación internacional en materia de salud?
La OMS, fundada en 1948, es la agencia especializada de las Naciones Unidas encargada de coordinar la respuesta global a las amenazas sanitarias, desde pandemias como el COVID-19 hasta brotes de enfermedades como el ébola y la polio. Además, proporciona asistencia técnica a países en desarrollo, ayuda a distribuir vacunas y medicamentos, y establece pautas para el tratamiento de cientos de condiciones de salud. Para Argentina, su salida de este organismo no solo significa perder acceso a estos recursos, sino también quedar fuera de una red global que ha sido fundamental para enfrentar crisis sanitarias.
Según Adorni, la decisión se basa en «las profundas diferencias respecto a la gestión sanitaria, especialmente durante la pandemia del COVID-19», y en la idea de que la OMS interviene en la soberanía de los países. «No permitiremos que un organismo internacional intervenga en nuestra soberanía, mucho menos en nuestra salud», afirmó el vocero. Sin embargo, esta postura ha sido criticada por expertos en salud pública, quienes señalan que la OMS no impone políticas, sino que ofrece recomendaciones basadas en evidencia científica.
Uno de los aspectos más preocupantes de esta decisión es su impacto en el acceso a vacunas y tratamientos. Leandro Cahn, director ejecutivo de la Fundación Huésped, explicó que la salida de la OMS podría complicar la compra de vacunas a través del fondo rotatorio del organismo, que permite adquirirlas a precios significativamente más bajos. «No se podrán comprar vacunas y tratamientos para VIH a través de este mecanismo, lo que encarecerá los costos y limitará el acceso», advirtió Cahn. Además, un informe de la Fundación Soberanía Sanitaria alertó que esta medida podría aislar a instituciones como el INCUCAI y el Instituto Malbrán, y recortar fondos para enfermedades transmisibles.
Pero las críticas no se limitan al ámbito sanitario. La decisión de Milei también ha sido vista como un gesto político alineado con su discurso anti-establishment y su cercanía con figuras como Donald Trump. Durante su campaña, Milei criticó duramente a los organismos multilaterales, acusándolos de ser herramientas de control de las potencias globales. Sin embargo, esta postura ha generado preocupación incluso entre sus aliados, quienes temen que el país quede aislado en un mundo cada vez más interconectado.
Además, la salida de la OMS no es la única medida que el gobierno está evaluando. Adorni confirmó que también se está analizando la posibilidad de abandonar el Acuerdo de París sobre cambio climático, un tratado internacional que Milei ha calificado de «mentira». Esta postura negacionista del cambio climático ha sido ampliamente criticada por científicos y ambientalistas, quienes señalan que el calentamiento global es una realidad con consecuencias devastadoras para el planeta.
En las redes sociales, la decisión de abandonar la OMS ha generado un intenso debate. Mientras algunos usuarios celebraron la medida como un acto de soberanía, otros la criticaron duramente, señalando que pone en riesgo la salud pública. «Milei está jugando con la vida de los argentinos al abandonar la OMS», escribió un usuario en Twitter. «Sin acceso a vacunas y tratamientos, ¿cómo enfrentaremos futuras pandemias?», preguntó otro.
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