En la comisión conjunta del Congreso, la diputada Vanesa Siley de Unión por la Patria expuso con contundencia cómo el proyecto Ficha Limpia busca legalizar la proscripción política, apuntando directamente contra Cristina Fernández de Kirchner. Siley denunció el intento de Mauricio Macri de torcerle el brazo a Javier Milei para instaurar un sistema que limita la soberanía popular, transformando la voluntad del pueblo en un botín de maniobras judiciales y legislativas.
«La legalización de la proscripción de Cristina Fernández de Kirchner». Así, sin eufemismos, definió la diputada Vanesa Siley el proyecto Ficha Limpia durante la comisión conjunta del Congreso celebrada el 5 de febrero de 2025. Lo que para algunos se presenta como una normativa en favor de la «transparencia» y la «honestidad» en la política, para Siley y una parte significativa de la oposición no es más que un sofisticado artilugio legal para eliminar a competidores políticos incómodos mediante mecanismos judiciales disfrazados de moral institucional.
Desde el inicio de su intervención, la diputada dejó claro que este proyecto no es un ejercicio neutral de mejora institucional, sino una continuidad del «lawfare» que ha perseguido a Cristina Fernández de Kirchner durante años. «Lo que no pueden hacer con el voto popular, lo quieren hacer a través de un artilugio legal, como antes lo hicieron con un artilugio judicial y mediático», denunció. No se trata de una hipótesis abstracta: la historia reciente de la Argentina está plagada de ejemplos donde la combinación de medios hegemónicos, jueces alineados y legisladores funcionales ha sido la fórmula para intentar desactivar la voluntad popular.
Siley no solo cuestionó el fondo del proyecto, sino también su forma. Señaló que es un error garrafal equiparar a un empleado público con un representante del pueblo, como si ambos desempeñaran funciones intercambiables dentro de la maquinaria estatal. «Estamos en el marco de los derechos políticos, que son esenciales y de los cuales dependen todos los demás derechos. Esto se llama soberanía del pueblo», subrayó. Restringir el derecho a ser elegido es un acto que va mucho más allá de una simple regulación electoral; es un golpe directo al corazón de la democracia.
En este sentido, la diputada citó la Constitución Nacional, recordando que el artículo 37 consagra el principio de soberanía popular y garantiza los derechos políticos como fundamentales. «La proscripción lleva directamente a dañar el derecho soberano del pueblo argentino, que es lo que está haciendo este proyecto», afirmó con firmeza. La argumentación no dejó lugar a dudas: el Ficha Limpia es un caballo de Troya legislativo que busca normalizar la exclusión de dirigentes populares, especialmente de aquellos que representan una amenaza para el status quo económico y político que ciertos sectores defienden con uñas y dientes.
Siley también desnudó las contradicciones de quienes impulsan el proyecto. Recordó que Javier Milei, el mismo que en la apertura de sesiones ordinarias prometió no perseguir opositores, ahora se pliega a una agenda que parece dictada por Mauricio Macri. «Me pregunto: ¿Quién conduce en la Argentina? ¿Conduce La Libertad Avanza, Milei o finalmente va a terminar conduciendo Mauricio Macri nuevamente?», disparó, dejando en evidencia la subordinación del actual gobierno a los intereses del macrismo, disfrazados de «renovación política».
El proyecto Ficha Limpia también se apoya en una falacia recurrente: la idea de que existe un clamor popular que exige su aprobación. Sin embargo, Siley fue contundente al desmontar este argumento. «Ni siquiera las 400.000 firmas que juntaron alcanzan para una iniciativa popular. Cuando nuestro espacio político decidió juntar firmas por los derechos de los jubilados, logramos un millón en un mes», recordó. No se trata de un pedido masivo de la ciudadanía, sino de una operación política cuidadosamente orquestada.
En el núcleo de su discurso, la diputada insistió en que los derechos políticos son derechos humanos de importancia fundamental. «La obstrucción o amedrentamiento de estas libertades deja a las personas sin instrumentos para defender sus intereses. El primero y último instrumento para defender el interés del pueblo es la capacidad de elegir y ser elegido», sentenció. Sin este pilar, la democracia se vacía de contenido, convirtiéndose en una cáscara vacía donde las decisiones ya no las toma el pueblo, sino una élite que manipula las reglas del juego a su antojo.
Este intento de proscripción legal se suma a una larga serie de ataques sistemáticos contra Cristina Fernández de Kirchner, que van desde denuncias judiciales infundadas hasta campañas mediáticas de difamación. Pero el trasfondo es siempre el mismo: neutralizar a una dirigente que encarna un proyecto político que desafía los privilegios de los poderosos. «Cuando proscriben a Cristina, no solo la proscriben a ella, sino a todo el pueblo que la quiere votar», enfatizó Siley, poniendo en el centro del debate la verdadera cuestión: la lucha por la soberanía popular frente a los embates de quienes quieren controlar la democracia desde las sombras.
El proyecto Ficha Limpia no es, entonces, una herramienta de transparencia. Es una declaración de guerra contra la participación popular, un intento de reducir la democracia a un juego de simulacro donde las cartas están marcadas desde el principio. Y como bien advirtió Vanesa Siley, la historia demuestra que cada vez que se restringen derechos en nombre de la «pureza institucional», lo que realmente está en juego es el poder de decidir de la gente común.
En definitiva, el Ficha Limpia no busca limpiar la política de corruptos, sino de líderes incómodos. Y en esa limpieza, lo que se barre bajo la alfombra no son los delitos, sino la voluntad popular.
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