La provincia de Buenos Aires despliega recursos humanos y materiales para combatir los incendios en Neuquén y Río Negro, en contraste con la falta de acción visible del gobierno nacional.
Mientras los incendios arrasan la Patagonia, el gobernador Axel Kicillof moviliza brigadistas, vehículos y equipamiento para colaborar con las provincias afectadas. ¿Dónde está el gobierno de Javier Milei en esta crisis ambiental?
La Patagonia arde, y mientras las llamas consumen miles de hectáreas en Neuquén y Río Negro, la provincia de Buenos Aires ha decidido no quedarse de brazos cruzados. En respuesta a un pedido del Servicio Nacional de Manejo del Fuego (SNMF), el gobierno de Axel Kicillof ha enviado 110 efectivos, 17 vehículos y equipamiento forestal y logístico a Aluminé, Neuquén. Además, ha reforzado su presencia en El Bolsón, Río Negro, con 26 nuevos brigadistas y cinco móviles adicionales. Esta movilización se suma a los recursos enviados la semana pasada, demostrando un compromiso tangible con las provincias afectadas.

Sin embargo, esta acción contrasta fuertemente con la ausencia visible del gobierno nacional. Mientras Kicillof despliega recursos y personal especializado, el gobierno de Javier Milei parece limitarse a hacer pedidos formales sin una presencia activa en el terreno. Esta falta de liderazgo y acción directa por parte del gobierno nacional no pasa desapercibida, especialmente en un contexto donde la crisis ambiental demanda respuestas urgentes y coordinadas.
El personal enviado por la provincia de Buenos Aires incluye miembros de Defensa Civil, bomberos de la Policía y voluntarios de las tres Federaciones que operan en territorio bonaerense. Estos equipos trabajan bajo la coordinación del Ministerio de Seguridad de la provincia, colaborando estrechamente con los gobiernos locales y los afectados por los incendios. Esta estrategia de cooperación y apoyo directo contrasta con la aparente descoordinación y falta de iniciativa del gobierno nacional, que hasta ahora no ha mostrado un plan claro ni recursos adicionales para enfrentar la emergencia.
Kicillof, en un posteo en la red social X, destacó que la provincia de Buenos Aires siempre estará dispuesta a cooperar en situaciones de emergencia, «sin oportunismo y sin especulaciones políticas». Esta declaración, aunque no menciona directamente al gobierno nacional, parece ser una crítica velada a la falta de acción y liderazgo de Milei en esta crisis. Mientras tanto, los incendios continúan devastando la región, y la pregunta que muchos se hacen es: ¿dónde está el gobierno nacional?
La situación en la Patagonia es crítica. Los incendios no solo están destruyendo vastas áreas de bosques y pastizales, sino que también están afectando a comunidades enteras, que ven cómo sus hogares y medios de vida están en peligro. En este contexto, la ayuda de la provincia de Buenos Aires es un alivio, pero no es suficiente. Se necesita una respuesta coordinada y masiva a nivel nacional, algo que hasta ahora no se ha visto.
El gobierno de Milei, que ha centrado su discurso en la austeridad y la reducción del gasto público, parece estar más preocupado por las cifras macroeconómicas que por las emergencias humanitarias y ambientales. Esta falta de acción no solo es cuestionable desde un punto de vista ético, sino que también pone en evidencia una falta de visión estratégica. Los incendios en la Patagonia no son solo un problema local; son una crisis nacional que requiere una respuesta a la altura.
Mientras tanto, Kicillof y su equipo demuestran que es posible actuar con rapidez y eficacia cuando hay voluntad política. La provincia de Buenos Aires no solo ha enviado recursos materiales, sino que también ha movilizado a personal especializado, demostrando un compromiso real con las provincias afectadas. Esta acción contrasta con la pasividad del gobierno nacional, que hasta ahora no ha mostrado un plan claro ni recursos adicionales para enfrentar la emergencia.
La crisis de los incendios en la Patagonia no solo está poniendo a prueba la capacidad de respuesta del gobierno nacional, sino que también está dejando en evidencia las prioridades de la administración de Milei. Mientras Kicillof actúa, Milei parece más preocupado por mantener su discurso de austeridad que por enfrentar una emergencia que está devastando el país. La pregunta que queda en el aire es: ¿cuánto más tendrá que arder la Patagonia para que el gobierno nacional decida actuar?
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