Del «No Hay Plata» al Aumento Exprés: El Gobierno de Milei Rompe su Propio Techo de Paritarias y le da aumento salarial a Gendarmería

En un giro que expone las contradicciones del discurso oficial, el gobierno de Javier Milei otorgó un aumento salarial significativo a la Gendarmería Nacional, luego de amenazas de medidas de fuerza por parte de los efectivos. Esta decisión no solo rompe el techo de paritarias que la propia Secretaría de Trabajo impuso a los gremios estatales y del sector privado, sino que también revela el doble estándar en la gestión del ajuste fiscal.

Mientras el gobierno repite el mantra del «no hay plata» para justificar recortes en áreas sensibles como educación, salud y ciencia, parece que los fondos aparecen con celeridad cuando se trata de mantener el aparato represivo en calma. La suba salarial para los gendarmes fue aprobada en tiempo récord, contrastando con la dura postura hacia los docentes universitarios, investigadores y trabajadores públicos que enfrentan congelamientos salariales y despidos masivos.

El aumento a la Gendarmería refleja una política de ajuste selectivo donde el «orden» y la «seguridad» se priorizan por encima de los derechos laborales y sociales. Este favoritismo hacia las fuerzas de seguridad no es casual: responde a la necesidad del gobierno de garantizar un control social efectivo en un contexto de creciente conflictividad debido a las medidas de ajuste estructural.

Resulta irónico que un gobierno que demoniza la protesta social y ataca sistemáticamente a los sindicatos haya cedido rápidamente ante la presión de la Gendarmería. Esto demuestra que el poder de negociación no está mal visto por el oficialismo cuando proviene de sectores clave para la represión de la disidencia.

Este aumento no solo representa un alivio para los bolsillos de los gendarmes, sino que sienta un precedente preocupante: el gobierno cede ante la presión cuando el reclamo proviene de sectores estratégicos para el control del orden público. En contraste, la negativa sistemática a mejorar las condiciones de los trabajadores civiles alimenta la desigualdad y la tensión social.

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