El ajuste del FMI llega a Olavarría: despidos masivos en la ceramista Cerro Negro

La desindustrialización como política de Estado libertaria

La ola de despidos que golpea al sector industrial argentino no es casualidad ni un hecho aislado. La reciente decisión de la empresa Canteras Cerro Negro de cesantear a 96 trabajadores en Olavarría, apenas un día después de que el Congreso aprobara el decreto que permite al Gobierno endeudarse nuevamente con el FMI, es una muestra brutal de las consecuencias directas del ajuste impulsado por Javier Milei.

En un país con una historia marcada por las imposiciones del Fondo Monetario Internacional, resulta imposible ignorar la repetición de un guion ya conocido: endeudamiento, ajuste, pérdida de empleos y desindustrialización. Mientras la Casa Rosada celebra el «respaldo internacional», en el interior del país las fábricas cierran, las familias quedan sin sustento y los trabajadores son forzados a pelear por su supervivencia.


Una receta conocida: endeudamiento y despidos

La Federación de Obreros Ceramistas de la República Argentina (FOCRA) no tardó en denunciar lo evidente: la crisis industrial no es producto de la «ineficiencia del sector», como repiten los economistas afines al oficialismo, sino el resultado de políticas económicas diseñadas para favorecer la especulación financiera y la importación, en detrimento de la producción nacional.

La cerámica, un sector clave para la construcción y el desarrollo industrial del país, se encuentra hoy en la cuerda floja. Cerro Negro, empresa emblemática del rubro, pertenece a la Sociedad Comercial del Plata SA, un holding que en 2024 registró ganancias por más de 66.000 millones de pesos. Sin embargo, a pesar de sus números positivos y de sus acuerdos millonarios con YPF, la firma optó por despedir trabajadores en el marco del ajuste impuesto por el Gobierno.

No es casualidad que los despidos lleguen justo después de que el Congreso aprobara el decreto que autoriza a la administración de Milei a seguir endeudando al país con el FMI. La experiencia histórica argentina demuestra que cada nuevo acuerdo con el Fondo viene acompañado de la misma fórmula: reducción del gasto público, flexibilización laboral, aumento del desempleo y caída del consumo interno.


La resistencia obrera ante el vaciamiento industrial

Los trabajadores de Cerro Negro no se quedaron de brazos cruzados. Inmediatamente después de que se conocieran los despidos, la filial local del Sindicato de Obreros y Empleados Ceramistas de Olavarría (SOECO) presentó una denuncia ante el Ministerio de Trabajo de la Provincia de Buenos Aires, que intervino dictando la conciliación obligatoria.

La respuesta del gremio fue contundente: paro y movilización para defender los puestos de trabajo. «Estamos decididos a defender hasta las últimas consecuencias cada puesto de trabajo ceramista», afirmaron desde FOCRA. La decisión de la empresa de despedir trabajadores cuando todavía se encuentra en pie la conciliación obligatoria no es solo una afrenta contra los empleados de Cerro Negro, sino un mensaje para toda la clase obrera: el ajuste no tendrá límites y el gobierno de Milei no intervendrá para detenerlo.

El caso de Olavarría no es un hecho aislado. Sectores industriales de todo el país denuncian una aceleración en los despidos y cierres de fábricas, en un contexto donde el modelo económico libertario privilegia la especulación financiera por sobre la producción. La motosierra no solo recorta el gasto estatal, sino que arrasa con la industria nacional y las fuentes de empleo.


¿A quién beneficia el ajuste?

Mientras Milei predica sobre la «libertad económica» y el «esfuerzo individual», su gobierno aprueba medidas que garantizan el crecimiento de los grandes grupos económicos a costa del empobrecimiento de la población. La política económica actual no busca generar empleo ni fortalecer la industria nacional, sino consolidar un modelo basado en la concentración de riqueza en pocas manos.

Las consecuencias son evidentes: menos trabajo, menos consumo, más endeudamiento y un deterioro acelerado del tejido productivo argentino. La historia nos ha enseñado que los planes de ajuste del FMI nunca traen desarrollo, sino crisis y dependencia. Sin embargo, la administración Milei parece empeñada en repetir los errores del pasado, con la complicidad de un sector empresarial que prioriza sus ganancias por sobre la estabilidad laboral de sus empleados.

En este contexto, el conflicto en Cerro Negro es solo una señal de lo que está por venir. Si el gobierno sigue adelante con su agenda de ajuste y desindustrialización, los despidos en Olavarría serán apenas la primera de muchas tragedias obreras que marcarán esta nueva era de sumisión al Fondo.

La lucha de los ceramistas es la lucha de todos los trabajadores argentinos. Defender cada puesto de trabajo no es solo una cuestión de supervivencia, sino una batalla contra un modelo económico que busca condenar al país a la precarización y la dependencia.

Fuente:

  • https://www.infogremiales.com.ar/denuncian-despidos-masivos-en-la-ceramista-cerro-negro-tras-acuerdo-con-el-fmi/

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