Alejandro Bercovich, en su programa La Ley de la Selva, desnuda la frágil situación económica del gobierno de Javier Milei: fuga de dólares, endeudamiento récord y un ajuste que no frena la inflación. Mientras el gobierno insiste en culpar a la «herencia recibida», los números no mienten: las reservas del Banco Central se desploman, el dólar paralelo rompe récords y el riesgo país se dispara. ¿Es este el «cambio» que prometió Milei?
El gobierno de Javier Milei sigue navegando en aguas turbulentas, pero cada vez parece más claro que el barco se hunde. Alejandro Bercovich, en su programa La Ley de la Selva, desglosó con precisión quirúrgica la crítica situación económica que atraviesa Argentina, y los datos son contundentes: las reservas del Banco Central están en caída libre, el dólar paralelo no deja de subir y el riesgo país vuelve a niveles alarmantes. ¿Es este el «shock de confianza» que prometió el presidente libertario?
El lunes pasado, Bercovich arrancó su programa con una frase que resume el descalabro: «Hay que hablar de palos verdes, porque hoy fue otra jornada muy tensa en los mercados». Y no exageraba. En solo dos días, el Banco Central tuvo que entregar más de 530 millones de dólares para contener una corrida cambiaria que nadie se anima a llamar por su nombre. Para ponerlo en perspectiva: ese monto supera lo que se necesitaría para reconstruir Bahía Blanca después de la catástrofe climática que sufrió. La magnitud del desastre es tal que incluso los medios más afines al gobierno empiezan a mostrar señales de preocupación.
Pero el problema no es solo la fuga de dólares. El dólar blue tocó su máximo nivel desde septiembre del año pasado, cerrando a $1.255, mientras que los dólares financieros (contado con liquidación y dólar bolsa) también superaron los $1.250. La brecha entre el oficial y el paralelo se acercó peligrosamente al 20%, un nivel récord en varios meses. Esto, en un contexto en el que el gobierno insiste en mantener el dólar «quieto», sacrificando reservas a un ritmo insostenible.
Bercovich no duda en señalar la contradicción: «Milei lleva dos meses diciendo que le falta ‘un moño’ para cerrar el acuerdo con el FMI, pero nunca termina de anudarlo». Mientras tanto, el riesgo país volvió a superar los 750 puntos, muy lejos de los 500 que celebraba el ministro de Economía, Luis Caputo, a principios de año. Caputo, en ese entonces, aseguraba que con ese nivel de riesgo país, Argentina podría refinanciar su deuda en los mercados voluntarios. Hoy, esa posibilidad parece una quimera.
El tobogán de las reservas es, quizás, el dato más estremecedor. Milei comenzó su gestión con alrededor de 21.000 millones de dólares en reservas. Gracias al endeudamiento con los bonos Bopreal y el blanqueo de capitales, logró llevarlas a más de 32.000 millones. Sin embargo, en solo dos meses, ese número se desplomó a menos de 28.000 millones. Bercovich lo grafica con crudeza: «Es realmente impactante ver cómo las reservas caen abruptamente, quemándose a un ritmo que no se veía desde la crisis de 2018».
¿Y qué hace el gobierno mientras tanto? Sigue insistiendo en que la inflación está bajo control, pero los números desmienten esa narrativa. La inflación de febrero fue mayor que la de enero, y el ritmo mensual de aumento de precios ya ronda entre el 2% y el 3%. Sí, es menor que el descontrol hiperinflacionario que heredaron, pero sigue siendo insostenible para una economía que no crece y que, además, está perdiendo reservas a un ritmo alarmante.
Bercovich no se queda en la superficie y va más allá: «El Banco Central está sacrificando divisas no solo para atender pagos de deuda, sino también para subsidiar el dólar paralelo». En enero, el Central tuvo que intervenir con más de 1.000 millones de dólares para contener la brecha cambiaria. Es decir, el gobierno está usando reservas que no tiene para mantener un tipo de cambio artificialmente bajo, mientras la economía real se frena y los salarios pierden poder adquisitivo.
El programa de Bercovich también destapa otro tema incómodo: los rumores en el mercado sobre un posible «salto discreto» del dólar oficial. Según estos rumores, el acuerdo con el FMI incluiría una devaluación y un aumento en el ritmo de la «tablita» cambiaria, que hoy está en un 1% mensual. Esto, sumado a la falta de credibilidad del gobierno, ha generado un clima de incertidumbre que solo alimenta la especulación.
Pero no todo es economía. Bercovich también pone el foco en el costo social de estas políticas. Mientras el gobierno celebra la «disciplina fiscal», los jubilados salen a la calle para protestar por sus magros ingresos, y los gremios más poderosos, como Camioneros, chocan con una patronal que ofrece aumentos salariales irrisorios, respaldada por un ministro de Economía que les dice: «No les den más del 8%».
En definitiva, lo que Bercovich expone en La Ley de la Selva es un gobierno que, lejos de resolver los problemas estructurales de la economía argentina, los está agravando. Con un endeudamiento récord, reservas en caída libre y una inflación que no cede, el «cambio» que prometió Milei parece más un salto al vacío. Y mientras tanto, la pregunta que flota en el aire es: ¿Hasta cuándo aguantará este tobogán antes de que todo estalle?
El análisis de Bercovich no deja lugar a dudas: el gobierno de Milei está jugando con fuego. Con una economía que se frena, reservas que se evaporan y un ajuste que no frena la inflación, el desenlace parece inevitable. La pregunta no es si habrá un estallido, sino cuándo. Y cuando llegue ese momento, ¿quién pagará los platos rotos? La historia, por desgracia, ya la conocemos.
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