El espejismo del FMI: Milei vende humo y la deuda crece
El gobierno de Javier Milei sigue apostando a la fantasía de que un nuevo desembolso del Fondo Monetario Internacional resolverá la crisis económica. Sin embargo, la realidad es otra. Para la exministra de Economía, Felisa Miceli, la supuesta inyección de dólares en las reservas del Banco Central es un espejismo que oculta un endeudamiento aún más peligroso, con condicionalidades que pueden implicar privatizaciones y reformas estructurales draconianas.
«Estoy siguiendo el acuerdo con el FMI con preocupación porque es un endeudamiento del país, una vez más, donde del decreto no se sabe nada: ni el monto, ni los plazos, ni las tasas y menos el destino y las condiciones», advirtió Miceli en diálogo con Delta 90.3. «Con el Fondo Monetario siempre hay condicionalidades, y esas condicionalidades no solo tienen que ver con metas presupuestarias y de reservas, sino también con privatizaciones y reformas estructurales que son muy fuertes».
Un anuncio para la tribuna y la bicicleta financiera
El anuncio de Luis «Toto» Caputo sobre un supuesto acuerdo con el FMI por 20 mil millones de dólares tuvo un destinatario claro: los bancos. «El anuncio tenía como destinatario a los bancos que iban a ir a la licitación de letras más tarde», explicó la exministra. «Dijo que eran 20 mil millones y que estaba todo cerrado, pero eso no es cierto. Al ratito, Julie Kozack, la vocera del FMI, salió a decir que el desembolso iba a ser ‘sustantivo’, pero que no iba a ser todo junto. Es decir, ya lo desmintieron».
El desembolso, en caso de concretarse, se hará por tramos, como siempre ocurre con los préstamos del FMI. «Es imposible que el Fondo disponga toda la plata junta. Quieren hacer creer que las reservas van a llegar a 50 mil millones de dólares suponiendo que además del FMI van a entrar fondos de otros organismos financieros internacionales como el BID y el Banco Mundial. Pero todo esto es parte del relato para generar tranquilidad en los mercados y sostener la bicicleta financiera», sostuvo Miceli.
Sin embargo, esa estrategia no está funcionando. «No están logrando seguridad ni confianza en el mercado. No la tienen. Es muy difícil pronosticar qué va a pasar en los próximos días. Además, tienen el problema de que el sector agropecuario no está liquidando exportaciones porque especulan con una devaluación. Si creen que el dólar va a subir en 15 días, no van a liquidar hoy», explicó.
El Banco Central, el Tesoro y la trampa de la deuda
Miceli también apuntó contra la maniobra del gobierno de Milei para justificar el desembolso del FMI como un refuerzo de las reservas del Banco Central. «El Banco Central tiene pagarés del Tesoro. La deuda es del Estado argentino, pero en términos interestatales, cuando el Tesoro le debe al Banco Central, le firma un pagaré. Es una deuda entre amigos, no hay condicionalidades ni exigencias», explicó. «Cuando Néstor Kirchner le pagó al FMI, tomamos 10 mil millones de dólares de las reservas y le dimos un pagaré al Banco Central. Pero eso no es lo mismo que lo que quieren hacer ahora».
La maniobra de Milei y Caputo es mucho más grave, porque implica cambiar una deuda interna por una deuda externa con el FMI, que es exigible y con condiciones que pueden afectar la soberanía económica del país. «Ahora quieren hacer creer que van a reforzar las reservas del Banco Central con la plata del Fondo para levantar esos pagarés. Es ridículo. Cuando se gasten esas reservas, el Tesoro ya no será más acreedor del Banco Central, y el acreedor será el FMI. Eso es gravísimo porque es una deuda en dólares, con el exterior, exigible y con condicionalidades que van más allá de la cuestión económica», alertó Miceli.
El ajuste sin fin y la amenaza de las privatizaciones
La historia es conocida: cada nuevo acuerdo con el FMI viene atado a un paquete de medidas de ajuste. Esta vez, además de las metas fiscales y monetarias, Miceli advierte que se pueden incluir exigencias de privatización de empresas estatales y reformas estructurales profundas que afectarán derechos adquiridos. «El FMI nunca te da plata gratis. Siempre hay condiciones, y esas condiciones pueden significar la venta de empresas públicas estratégicas, flexibilización laboral o cambios en el sistema jubilatorio», señaló.
Mientras tanto, el gobierno sigue vendiendo humo. La ilusión de que el FMI traerá estabilidad económica es apenas un espejismo que esconde una realidad mucho más dura: más deuda, más ajuste y más dependencia de organismos internacionales que solo buscan garantizar el cobro de sus préstamos, sin importar el costo social.
El desenlace parece inevitable: cuando las promesas de Milei se desvanezcan y la economía se resquebraje aún más, el gobierno tendrá que enfrentar las consecuencias de su política de endeudamiento irresponsable. Y como siempre, será el pueblo argentino quien pague la factura.
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