Rumores de sobornos, cambios de voto sospechosos y una maniobra política que evita esclarecer una estafa millonaria que involucra al presidente. En una jornada bochornosa, el Senado argentino rechazó la creación de una comisión investigadora para el caso de las criptomonedas. Senadores denuncian presiones, dádivas y una maniobra orquestada para proteger al gobierno de Javier Milei. La sombra de la corrupción vuelve a planear sobre la política argentina.
El Senado de la Nación se ha convertido en el epicentro de un escándalo que no solo pone en duda la transparencia de sus integrantes, sino que también cuestiona la integridad del gobierno de Javier Milei. En una sesión marcada por cambios de voto inexplicables y rumores de coimas, se rechazó la creación de una comisión investigadora para esclarecer el caso de las criptomonedas, una estafa millonaria que involucra a altos funcionarios y que, según denuncias, podría llegar hasta el propio presidente.
El senador radical Martín Lousteau no dudó en calificar la jornada como «lamentable» y «bochornosa». En una entrevista radial, Lousteau reveló que varios senadores, incluidos miembros de su propio bloque, cambiaron su voto en cuestión de minutos, lo que impidió la conformación de la comisión investigadora. «Es gravísimo que firmen un proyecto y luego lo voten en contra», afirmó, señalando que esta maniobra no solo bloqueó la investigación, sino que también dejó sin efecto el proyecto presentado por la Unión Cívica Radical (UCR).
Pero lo más preocupante no es solo la contradicción en los votos, sino los rumores que circulan en los pasillos del Senado. Lousteau mencionó que hay «sospechas muy graves» de que se están ofreciendo dádivas a cambio de apoyar las decisiones del gobierno. «Los rumores que circulan en el Senado son muy graves y hablan de magnitudes de dinero importantes», aseguró. Estas acusaciones no son nuevas en la política argentina, pero cobran especial relevancia en un contexto donde el gobierno de Milei se presenta como defensor de la transparencia y la lucha contra la corrupción.
El caso del senador Eduardo Vischi es emblemático. Vischi, quien inicialmente firmó el proyecto para crear la comisión investigadora, terminó votando en contra. Este cambio de postura, según Lousteau, no fue casual. «Es una cosa de locos», afirmó, sugiriendo que detrás de este giro podría haber presiones o incluso sobornos. «Si no aceptas, nunca te ofrecen», dijo, en referencia a cómo operan estas prácticas en el Senado.
Marcelo Lewandowski, senador de Unión por la Patria, también se refirió a la situación. En una entrevista, Lewandowski destacó que «hubo seis senadores que cambiaron el voto en cuestión de minutos». Según el legislador, se necesitaban 48 votos para tratar el proyecto sobre tablas, y aunque inicialmente se lograron 53, en la votación final solo se obtuvieron 47. «Faltó un voto, y eso es doblemente grave», afirmó, ya que no solo se impidió la creación de la comisión, sino que también se bloqueó la posibilidad de volver a tratar el tema en este período legislativo.
Lewandowski no dudó en comparar esta situación con otros casos recientes donde senadores y diputados cambiaron su voto para alinearse con el gobierno. «Es algo parecido a lo que ocurrió con el aumento de las jubilaciones», recordó, en referencia a cómo algunos legisladores votaron a favor del aumento y luego apoyaron el veto presidencial. «Uno trata de no perder la capacidad de asombro, pero estas cosas ya no sorprenden», lamentó.
La sombra de las criptomonedas
El caso de las criptomonedas, conocido como «criptogate», es uno de los escándalos más resonantes de los últimos años. Se trata de una estafa millonaria que involucra a funcionarios públicos y que, según denuncias, podría tener ramificaciones en el gobierno de Milei. La creación de una comisión investigadora era vista como una oportunidad para esclarecer los hechos y determinar responsabilidades. Sin embargo, el rechazo en el Senado ha dejado más preguntas que respuestas.
Lousteau fue claro al respecto: «Lo primero que hay que hacer es investigar». El senador radical recordó cómo en otros países, como Estados Unidos, los funcionarios deben comparecer ante el Congreso para explicar sus acciones. «Es una jornada difícil, pero necesaria para mantener la transparencia», afirmó. En Argentina, sin embargo, parece que la prioridad es proteger a los poderosos.
La hipocresía del gobierno
Lo más llamativo de este caso es la contradicción entre el discurso del gobierno y sus acciones. Milei se ha presentado como un defensor de la transparencia y la lucha contra la corrupción, pero su administración ha bloqueado sistemáticamente cualquier intento de investigar casos que podrían comprometerlo. «Hablan de decencia, de honestidad, de transparencia, pero cuando se trata de investigar al presidente, todo cambia», denunció Lousteau.
El senador también criticó la actitud de algunos legisladores del PRO, quienes en el pasado impulsaron juicios políticos contra Cristina Fernández de Kirchner, pero ahora se niegan a investigar a Milei. «Es una hipocresía infinita», afirmó, señalando que muchos de estos legisladores no pueden explicar su propio patrimonio, pero defienden la «ficha limpia».
¿Qué sigue?
El rechazo a la comisión investigadora no solo deja en la impunidad a los responsables del criptogate, sino que también envía un mensaje preocupante sobre el estado de la democracia en Argentina. Si los legisladores pueden ser comprados o presionados para proteger al gobierno, ¿qué queda de la división de poderes? ¿Cómo se puede garantizar la transparencia en un sistema donde las coimas y las dádivas parecen ser moneda corriente?
Lousteau y Lewandowski coinciden en que es necesario seguir insistiendo en la creación de una comisión investigadora. «La cámara de diputados tiene la facultad de crear una comisión bicameral», recordó Lousteau, sugiriendo que esta podría ser una vía alternativa. Sin embargo, mientras el gobierno siga ejerciendo presión sobre los legisladores, es poco probable que se logre avanzar.
Lo que queda claro es que este caso no solo pone en evidencia la corrupción en el Senado, sino también la fragilidad de las instituciones argentinas. En un país donde los rumores de coimas y sobornos son moneda corriente, la falta de voluntad para investigar casos como el criptogate solo profundiza la desconfianza de la ciudadanía en sus representantes.
Mientras tanto, la sombra de la corrupción sigue creciendo, y con ella, la impunidad de quienes deberían ser los primeros en defender la transparencia. El gobierno de Milei, que llegó al poder prometiendo un cambio, parece estar repitiendo los mismos vicios que criticaba. Y en el Senado, los rumores de coimas y sobornos siguen circulando, recordándonos que, en la política argentina, la ética sigue siendo un bien escaso.
Fuentes:
Deja una respuesta