El presidente promocionó una criptomoneda que desplomó su valor en horas y generó millonarias pérdidas. Ya hay pedidos de juicio político y una investigación en marcha.
No era la primera vez. Javier Milei, presidente de la Nación, volvió a quedar envuelto en un escándalo financiero relacionado con criptomonedas. En 2022, cuando todavía era diputado, promocionó CoinX, una plataforma que terminó siendo una estafa y cuyos responsables fueron condenados. Ahora, desde la máxima investidura del país, repitió la historia.
El hecho explotó a partir de un tuit presidencial. «La Argentina liberal crece!!!» exclamó Milei en su cuenta oficial, anunciando con bombos y platillos un supuesto proyecto privado destinado a «incentivar el crecimiento de la economía argentina». La criptomoneda en cuestión se llamaba «Tiki» y, según el presidente, era la gran oportunidad de inversión para los argentinos. Lo cierto es que en menos de 24 horas el token colapsó: de un pico de 4,58 dólares cayó a menos de 50 centavos, arrastrando consigo a miles de inversores que creyeron en la palabra del mandatario.
Una maniobra de manual
«Estamos hablando de un esquema de pump and dump, un fraude bursátil clásico donde alguien infla artificialmente el valor de un activo para luego retirarse con las ganancias y dejar al resto en la ruina», explicó el economista y socólogo Carlos Riello en diálogo con Radio 10. Según los datos que proporcionó, en un minuto se evaporaron 87,4 millones de dólares y en pocas horas se habían esfumado 4.300 millones en valor de mercado. «Esto es una estafa sin precedentes en la historia de las criptomonedas», sentenció.
El episodio tuvo un impacto inmediato en la esfera política. Referentes de la oposición pidieron explicaciones y ya comenzaron a circular pedidos de juicio político contra Milei. «No puede alegar ignorancia», advirtió Riello. «Es la segunda vez que queda involucrado en una estafa cripto. En 2022 promocionó CoinX y ahora repite la historia desde el sillón de Rivadavia».
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Repercusiones internacionales
La noticia ya fue levantada por medios internacionales y sitios especializados en criptomonedas. «Están preguntándose si esta es la mayor estafa en Bitcoin de la historia», reveló Riello. Y no es para menos: la cifra de afectados es escalofriante. «Hasta ahora se contabilizan 53 mil personas estafadas», sostuvo el economista.
A pesar de la gravedad del hecho, Milei no solo no pidió disculpas, sino que respondió con insultos a quienes lo criticaron. «A las ratas inmundas de la casta política que quieren aprovechar esta situación para hacer daño, les quiero decir que todos los días confirman los rastreros que son», publicó en otro tuit, agregando que su «convicción de sacarlos a patadas en el culo» crece cada vez más.
«Es inadmisible que un presidente hable así», reflexionó el escritor Martín Kohan. «Las palabras construyen realidades, y este gobierno elige permanentemente un discurso de odio y violencia».
El «Presidente Ponzi»
Las redes sociales estallaron con la denuncia y el hashtag #MileiEstafador se convirtió en tendencia. Riello, irónico, lanzó su propia etiqueta: «#PresidentePonzi», en referencia al tristemente célebre Carlo Ponzi, creador de uno de los mayores fraudes financieros de la historia.
Lo cierto es que la investigación apenas comienza. Si se confirma que Milei recibió algún tipo de compensación económica por promocionar la criptomoneda, el escándalo podría escalar a niveles aún más alarmantes. «Nadie hace esto gratis», advirtió Riello. «Si Milei impulsó esta moneda a cambio de un beneficio económico, estamos ante un caso de corrupción de proporciones históricas».
Las preguntas quedan flotando en el aire: ¿Se tratará de otro caso más de impunidad presidencial? ¿Logrará la oposición impulsar un juicio político? Por lo pronto, hay algo innegable: el escándalo ya está en marcha y la imagen de Milei, una vez más, queda manchada por una nueva estafa.
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