Demoledor tuit de CFK donde dejó expuesto a Milei con sus mentiras sistemáticas

Cristina Fernández de Kirchner reapareció con un tuit demoledor contra el Gobierno de Javier Milei y expuso, con nombre y apellido, la operatoria financiera detrás del nuevo “acuerdo” con el Fondo Monetario Internacional. El regreso del carry trade, los papelitos en dólares, y la burla a millones de argentinos que no pueden pagar la comida.

Entre ironías, datos concretos y un análisis afilado, la ex presidenta desnudó el “festejo” oficialista por los préstamos multilaterales como una jugada de marketing financiero que replica el mismo camino al colapso que transitó Fernando de la Rúa en el 2001. Con su estilo frontal, CFK denunció el retorno del blindaje y el saqueo sistemático de la economía nacional para beneficio de los especuladores. El silencio cómplice de los medios y la obscena celebración de Caputo cierran un cuadro peligroso y conocido.

Ay, Milei… disculpame que te escupa el asado, dice Cristina Fernández de Kirchner desde su cuenta de X, como quien se sienta en la mesa con el Presidente, le da una palmada en la espalda y luego le hunde un tenedor en la mentira. La reaparición de la ex presidenta no fue una más. Fue una demolición sistemática, documentada, punzante, contra el nuevo blindaje económico que el gobierno libertario intenta disfrazar de éxito histórico.

Cristina, como pocas veces, eligió hablar en el tono más ácido de su arsenal discursivo. ¿Qué festejaban Milei y Caputo, sacándose fotos como nenes en cumpleaños? —pregunta, como quien conoce demasiado bien el libreto. “¿Porque subieron las reservas? ¿Porque llegó plata del Fondo, del BID, del Banco Mundial?”, se burla, para luego recordar lo esencial: Fernando de la Rúa también recibió un paquete idéntico, también sonrió frente a las cámaras, y también voló por los aires un año después. Pero a diferencia de aquel diciembre del 2000, esta vez la película ya fue estrenada, y los actores repiten las líneas sin siquiera cambiar el guión.

El regreso del «blindaje», ahora con luces LED

La denuncia central de CFK no es solamente política: es estructural. El Gobierno de Javier Milei, en su ceguera ideológica y sumisión a las recetas del poder financiero internacional, reedita un modelo de saqueo que ya llevó a la Argentina al borde del abismo en más de una ocasión. La historia del blindaje —ese combo de préstamos con nombre marquetinero— no es nueva. Tampoco lo son sus consecuencias. Lo novedoso, si se quiere, es el grado de cinismo con el que se lo celebra. Y eso es justamente lo que irrita a Cristina, que no duda en afirmar: “¡Qué cosa creativa los gobiernos gorilas, siempre inventando nombres para disfrazar estafas y disimular fracasos!”

Bajo esa mirada, el show fotográfico de Milei y Caputo no fue más que un acting: la sonrisa para la gilada. El verdadero festejo, asegura la ex mandataria, no fue por el ingreso de dólares ni por la suba de reservas. Fue por otra resolución, mucho más técnica, mucho más silenciosa, y muchísimo más peligrosa: la autorización del BCRA a que los inversores no residentes puedan entrar y salir del país con sus dólares, sin controles, en apenas seis meses. ¿Plazo casual? Para nada. Justo hasta las elecciones legislativas. Un guiño a los especuladores y un portazo a la industria nacional.

Carry trade: el retorno de la bicicleta financiera

Cristina no ahorra calificativos. Habla del regreso triunfal del “tercer turno del carry trade”. Y ahí sí, como quien hace un repaso quirúrgico del prontuario económico de Milei, desglosa cada etapa de esta trampa: la primera, con la devaluación brutal del 2023 y los Bopreal; la segunda, con el blanqueo masivo del 2024 que generó una entrada artificial de divisas; y esta tercera, con el respaldo del FMI y un nuevo festival de deuda para alimentar la bicicleta financiera.

El término «carry trade» no es solo una jerga técnica. Es la expresión más acabada del modelo económico que privilegia la renta financiera por encima de la producción y el trabajo. Y Cristina lo expone con una claridad quirúrgica: el FMI pone la plata, los capitales especulativos entran al país, aprovechan la tasa de interés local, y se van seis meses después llevándose los dólares que no generaron. El gobierno, mientras tanto, emite más Bopreal —papelitos en dólares que prometen pagar a futuro— y posterga el colapso hasta que los vencimientos sean inevitables. ¿El costo? Lo paga el pueblo argentino con salarios pulverizados, jubilaciones de hambre y una inflación que no cede.

El show del ajuste mientras la patria se achica

Cristina no se guarda nada. Y lo dice con todas las letras: “BAJÁ A TIERRA, HERMANO, que acá abajo está todo muy mal después de la devaluación y tu acuerdo con el FMI”. Lo que ella ve —y que buena parte del periodismo elige callar— es el costo social real de esta política. Mientras los funcionarios festejan en el Salón Blanco y los medios oficialistas editan la realidad con Photoshop, en las góndolas los precios se disparan, en las fábricas se apagan máquinas, y en los barrios la comida ya no alcanza.

Y es ahí donde su tuit alcanza una potencia demoledora. Porque lejos de la impostura de ciertos analistas, Cristina se planta como alguien que conoce el Estado, la economía, la historia, y sobre todo, el daño que esta política provoca. “No se te cae la cara, hermano”, le dice a Milei, recordando cómo él mismo denostaba al FMI en su etapa de panelista, y cómo votó contra el acuerdo en 2022. Ahora, en cambio, no solo se arrodilla frente al Fondo: también lo convierte en el garante de su primavera financiera, una ilusión fugaz destinada al estallido.

La Argentina como set de serie B: «Blindaje, segunda temporada»

Como si hiciera falta una metáfora más brutal, Cristina cierra su tuit con una sentencia que atraviesa el alma de esta crisis: “Me gusta más el nombre BLINDAJE SEGUNDA TEMPORADA… lástima que no es en Netflix, sino en Argentina”. El problema es que, a diferencia de una serie de ficción, acá las víctimas son reales. Y los que van a pagar los platos rotos todavía no nacieron, como Milei mismo solía advertir —con tono moralista— cuando hablaba de la deuda ajena.

Pero ahora, frente a su propio archivo, Milei no aguanta. El giro político, económico y discursivo del presidente libertario es tan abrupto como vergonzante. Lo que ayer condenaba como «fracaso estatista», hoy lo celebra como solución de mercado. Lo que antes denunciaba como «colonialismo financiero», ahora lo recibe con una alfombra roja.

Cipayo de Oro: la diplomacia de la indignidad

Y si faltaba una escena para completar este grotesco, Cristina se la reserva para el final. “Cuando te escuché darle la razón a Trump y su estúpida guerra comercial contra el mundo… sentí vergüenza ajena”, dispara. Y ahí se comprende todo. Milei no es solo un presidente sin rumbo económico. Es un peón útil del poder global, un fanático sin brújula que juega a la geopolítica desde la humillación. “Me llaman para besarme el culo”, decía Trump, y ahora entendemos por qué. Porque hay quienes están dispuestos a hacerlo. Milei entre ellos.

El saldo de este modelo está a la vista: hambre, desempleo, especulación, saqueo. Y una dirigencia que celebra su propia claudicación como si fuera un acto heroico. Por eso, como advirtió CFK el 2 de marzo, el reloj de arena ya está dado vuelta. El tiempo se agota. Y los argentinos, cada vez más, sienten que este experimento libertario no es otra cosa que el mismo viejo fracaso de siempre, solo que ahora con más Photoshop y menos vergüenza.


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Cristina Kirchner, Javier Milei, FMI, Blindaje, Carry Trade

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Resumen para Instagram:
💣 Cristina Kirchner reapareció con un tuit 🔥 y desnudó el “festejo” de Milei por el préstamo del FMI: lo comparó con el blindaje de De la Rúa y denunció el regreso del carry trade. Mientras el pueblo sufre, el Gobierno celebra la bicicleta financiera. ¿Hasta cuándo?
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