La Cámara de Diputados, con los votos del oficialismo y sus aliados, aprobó en una sesión cargada de tensión el proyecto de «Ficha Limpia», una norma que, lejos de perseguir la transparencia, tiene como objetivo evidente bloquear la participación electoral de Cristina Fernández de Kirchner. Con 144 votos afirmativos, 98 en contra y dos abstenciones, el texto avanza ahora al Senado, donde los números no le serían tan favorables a Javier Milei y su séquito judicial-político.
Un proyecto hecho a medida: el sello PRO
El concepto de «Ficha Limpia» no es nuevo. Desde hace años, el macrismo intentó instalarlo como bandera de su supuesta lucha anticorrupción. Sin embargo, el proyecto que ahora obtuvo media sanción fue diseñado con precisión quirúrgica para inhabilitar a la actual presidenta del Partido Justicialista. Con cambios de última hora y una redacción a medida, el oficialismo y el PRO buscaron garantizar que la exmandataria quede fuera de cualquier contienda electoral.
El exabrupto del diputado Leopoldo Moreau (Unión por la Patria) dejó en claro la maniobra: “Cuando cayó la sesión anterior porque La Libertad Avanza no se sentó, un diputado dijo: ‘No mientan, quieren a CFK de candidata’. Más claro, échale agua». Las modificaciones del proyecto a lo largo del tiempo siempre coincidieron con el estado procesal de Cristina Fernández de Kirchner y de Mauricio Macri. Cuando la situación judicial del expresidente ponía en peligro su futuro político, la redacción se flexibilizaba. En cambio, cuando la exmandataria avanzaba en sus apelaciones, se endurecía.
La trampa jurídica y el peso de la historia
El bloque de UxP denunció que la ley viola el principio de inocencia y atenta contra los derechos políticos básicos. “No hay ficha limpia con justicia sucia”, sentenció Eduardo Valdés, resaltando las irregularidades en las causas judiciales contra Cristina Kirchner y denunciando el lawfare como herramienta de disciplinamiento. La jurisprudencia de la Corte Suprema en favor de Carlos Menem, que permitió su candidatura en 2017 pese a una condena en segunda instancia, choca de frente con la argumentación oficialista. Pero esta vez, la maquinaria mediático-judicial está dispuesta a hacer lo que sea necesario para evitar que CFK pueda competir.
Desde el peronismo recordaron un antecedente histórico que resuena con fuerza: el decreto de Lanusse en 1972, que impidió la candidatura de Juan Domingo Perón con una excusa formalista. Más de medio siglo después, el macrismo y La Libertad Avanza replican aquella jugada con la complicidad de jueces adictos y una oposición domesticada.
Un Congreso al servicio de la proscripción
La sesión en Diputados dejó en evidencia los alineamientos de los distintos bloques. Mientras Unión por la Patria y el Frente de Izquierda se negaron a dar quórum, los aliados de Milei y el PRO se apresuraron a garantizar los votos. Llamó la atención la actitud de Cristian Ritondo y Rodrigo de Loredo, quienes evitaron sentarse en sus bancas hasta que se confirmó el número necesario para sesionar. El jefe del bloque del PRO, que tiene denuncias por enriquecimiento ilícito, fue señalado por su propia contradicción: impulsar una ley que exige transparencia mientras enfrenta acusaciones de corrupción.
El detrás de escena reveló la injerencia directa del presidente Javier Milei en la estrategia legislativa. Su hermana Karina Milei, la autodenominada «Jefa», se trasladó al Congreso para monitorear la votación junto a Martín Menem. La presencia de la secretaria general de la Presidencia en un recinto que debería ser independiente del Ejecutivo demuestra el grado de intervención política en un tema que el oficialismo vende como “institucional”.
Un Senado sin los votos, pero con la presión judicial
El oficialismo sabe que en la Cámara Alta la ecuación no le es favorable. La necesidad de 37 votos para avanzar en la sanción definitiva no está garantizada. Sin embargo, la estrategia no se agota en el Congreso. La presión mediática y judicial podría jugar un rol clave en la decisión final. Ya lo dijo la diputada Carolina Gaillard (UxP): “Ni siquiera en Estados Unidos existe Ficha Limpia. El único caso que se aplicó fue en Brasil, y terminó en un escándalo que impidió a Lula da Silva ser candidato, permitiendo el ascenso de Jair Bolsonaro. Luego, la propia Justicia tuvo que reconocer que el procedimiento estaba viciado”.
El nuevo pacto Milei-Macri: proscripción y blindaje judicial
Más allá del debate parlamentario, la aprobación en Diputados deja al descubierto el pacto de supervivencia entre Javier Milei y Mauricio Macri. A cambio de garantizar la proscripción de Cristina Fernández de Kirchner, el libertario recibe el respaldo del macrismo para sostener su plan de ajuste y endeudamiento. En este intercambio, la Justicia juega un papel clave: persigue a los opositores mientras protege a los aliados del poder.
La historia argentina está plagada de intentos de proscripción. Hasta ahora, ninguno logró eliminar del escenario político a sus principales protagonistas. Ficha Limpia es solo un nuevo capítulo de esta saga, con el mismo guion de siempre: prohibir por decreto lo que no pueden ganar en las urnas.
Fuentes:
Deja una respuesta