La sombra de la corrupción vuelve a acechar al gobierno de Javier Milei. Esta vez, la denuncia proviene del reconocido orfebre Juan Carlos Pallarols, quien reveló que Karina Milei, la hermana y mano derecha del presidente, le exigió 2000 dólares para gestionar una reunión con su hermano. La acusación, que se suma a una larga lista de sospechas sobre el financiamiento del oficialismo, refuerza la imagen de Karina como «la cajera» del presidente, un rol que, según diversos testimonios, desempeña desde hace años.
La denuncia de Pallarols no es un hecho aislado. Según el periodista Juan Luis González, autor del libro El Loco, Karina Milei ha sido señalada en múltiples ocasiones por prácticas similares. «Siempre fue la que pasaba la gorra», afirma. González, uno de los periodistas que mejor conoce el entramado del oficialismo, explica que las acusaciones contra la hermana del presidente van mucho más allá: incluyen la venta de candidaturas, el cobro de encuentros privados y hasta la apropiación de parte de los sueldos de asesores y legisladores afines a La Libertad Avanza.
El escándalo en La Libertad Avanza: denuncias de corrupción y venta de candidaturas
El modus operandi de Karina Milei, según diversas denuncias, sigue un patrón claro: la exigencia de sumas de dinero a cambio de favores políticos. En la campaña de 2021, se habrían vendido lugares en las listas de la Ciudad de Buenos Aires; en 2023, las operaciones se extendieron a todo el país. Gobernadores, intendentes, diputados y senadores habrían tenido que pagar para asegurarse un lugar en la estructura libertaria. «Los números que se manejan son de 20.000, 30.000, 50.000 dólares por una candidatura», detalla González. Y no solo eso: los encuentros privados con el presidente tendrían una tarifa que oscila entre los 2000 y 10.000 dólares.
Las acusaciones no terminan ahí. Según Carlos Seguía, en Neuquén, Karina Milei exigía parte del sueldo de los asesores de los legisladores vinculados al oficialismo. A esto se suman los recientes escándalos financieros relacionados con la estafa de la criptomoneda Libra, donde también se ha mencionado el rol de la hermana del presidente.
El caso de Karina Milei recuerda a los viejos esquemas de corrupción de los 90, cuando figuras como Alfredo Yabrán o Emir Yoma manejaban los fondos y negocios en las sombras del poder. Sin embargo, en este caso, la diferencia es que la «cajera» no es un operador externo, sino la persona más influyente del gobierno después del propio presidente.
La pregunta que muchos se hacen es: ¿dónde está todo ese dinero? A diferencia de otros gobiernos, La Libertad Avanza no ha realizado una campaña ostentosa ni ha mostrado un gasto excesivo en su despliegue territorial. De hecho, Javier Milei ni siquiera recorrió la mitad del país durante la campaña. Entonces, si todas estas denuncias son ciertas, ¿a dónde fueron a parar los millones recaudados por Karina Milei?
Este escándalo golpea en el corazón del gobierno y expone una contradicción letal para la imagen de Milei: mientras se presenta como el abanderado de la lucha contra la casta y la corrupción, su hermana es señalada como la recaudadora de un sistema de cobros ilegales.
La oposición ya comenzó a exigir explicaciones. ¿Responderá el gobierno? ¿Se investigará a fondo este sistema de financiamiento? ¿O intentarán, como en otras ocasiones, barrer todo debajo de la alfombra?
Por ahora, lo único cierto es que la hermana del presidente se encuentra en el ojo de la tormenta. Y la tormenta recién comienza.
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