Lawfare: La presión de Milei sobre la Corte Suprema para proscribir a Cristina Kirchner

A medida que la presión política crece, la Corte Suprema acelera el análisis de la causa Vialidad, un juicio que podría tener consecuencias decisivas en las aspiraciones políticas de Cristina Kirchner. Entre rumores y estrategias judiciales, se define el futuro político de la expresidenta.

En un contexto de alta tensión política y mediática, la Corte Suprema de la Nación apura la causa Vialidad con un enfoque claramente político. Mientras algunos sectores insisten en su relevancia jurídica, otros señalan que el tribunal podría estar jugando un papel crucial en la exclusión de Cristina Kirchner de las próximas elecciones. La cuestión no es solo legal, es también un juego de poder.

En las últimas semanas, la Corte Suprema de Justicia de la Nación ha tomado una decisión que no puede pasarse por alto. En medio de la creciente presión política y mediática, el máximo tribunal ha solicitado al Procurador General, Eduardo Casal, que se expida sobre la causa Vialidad, el juicio que podría significar la proscripción política de Cristina Fernández de Kirchner. Con este pedido, los jueces Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz y Ricardo Lorenzetti muestran que la presión sobre ellos no ha pasado desapercibida y que están dispuestos a jugar un papel activo en la agenda electoral del país.

Lo que está en juego en la causa Vialidad no es solo una cuestión jurídica, sino también política. La causa, que investiga a Cristina Kirchner por supuestos hechos de administración fraudulenta vinculados a obras públicas en Santa Cruz, se ha convertido en un tema candente. Si la Corte decide confirmar la condena a la expresidenta, esta podría enfrentar una pena más grave, con una inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos. Pero las implicancias no terminan ahí. Según las reglas del juego político actual, si Cristina Kirchner decide postularse para algún cargo legislativo, podría obtener inmunidad ante un posible arresto, lo que complicaría aún más el panorama para los actores políticos que buscan su exclusión.

La Corte, al intervenir en este caso, no solo está respondiendo a una solicitud formal del fiscal Mario Villar, quien ha pedido que se eleve la condena, sino también a una fuerte presión externa. Sectores del poder económico, mediático y político han lanzado una ofensiva para evitar que Kirchner participe en las elecciones de este año. Desde las páginas de medios como La Nación, se ha puesto en marcha una campaña que alimenta la idea de que el tribunal está actuando de manera “expédita” para garantizar que no haya ningún obstáculo para la postulación de la expresidenta.

La Corte Suprema se encuentra en una encrucijada. Mientras que Rosatti y Rosenkrantz, presidentes y vicepresidentes del tribunal, buscan manejar los tiempos a su manera, Lorenzetti, el otro miembro clave, ha insistido en que el asunto se resuelva rápidamente, antes del cierre de listas. Esta diferencia en la velocidad con la que se abordará la causa refleja un trasfondo más profundo: la Corte no es una institución ajena al juego político. Las decisiones judiciales, aunque se presenten como estrictamente legales, están profundamente influenciadas por el contexto político del momento.

La causa Vialidad podría ser el factor decisivo en la carrera electoral de Cristina Kirchner. En caso de que la Corte decida ratificar la condena y elevarla a una pena mayor, la exmandataria podría ver comprometida su capacidad de postularse. Sin embargo, existe una segunda opción: si la Corte decide retrasar su fallo o se muestra permisiva con la interpretación de los fiscales, Cristina Kirchner podría presentarse a las elecciones sin mayores obstáculos. Este escenario, lejos de ser un simple trámite judicial, se ha convertido en una suerte de juego político en el que los actores del poder buscan posicionarse de cara a los comicios.

Lo que parece claro es que la Corte Suprema no está ajena a las presiones externas. La postura de Casal, el procurador general, es clave para entender cómo se desarrollará este proceso. Si Casal decide respaldar la solicitud de los fiscales, el camino hacia la inhabilitación de Cristina Kirchner estaría mucho más cerca. Pero si opta por un dictamen más favorable a la defensa de la expresidenta, la Corte se vería obligada a reconsiderar su postura y la situación quedaría en suspenso hasta el fallo final.

Este tipo de decisiones resalta la compleja relación entre la justicia y la política en Argentina. En este caso particular, la causa Vialidad se ha transformado en una herramienta no solo de justicia, sino también de política. Las presiones políticas, tanto internas como externas, son tan fuertes que el resultado final parece depender más de los tiempos políticos que de la veracidad de las acusaciones.

Por otro lado, el argumento de la defensa de Cristina Kirchner no ha sido menos contundente. A lo largo de los procedimientos judiciales, la exmandataria ha sostenido que el juicio en su contra está viciado por la falta de imparcialidad de los jueces, quienes, según su defensa, mantenían reuniones con el expresidente Mauricio Macri. Además, se ha cuestionado la validez de las pruebas presentadas durante el juicio, muchas de las cuales nunca se mostraron en las audiencias. La exfuncionaria ha reiterado que las pruebas son forzadas y que no se le permitió responder sobre ellas en el juicio.

Lo cierto es que la Corte Suprema, como institución, se enfrenta a una situación que trasciende los límites de lo estrictamente judicial. Su rol en este caso podría marcar un hito en la historia política de Argentina, ya que sus decisiones no solo influirán en el futuro de Cristina Kirchner, sino también en la dinámica de las próximas elecciones y en la legitimidad del sistema judicial argentino en su conjunto.

Es importante recordar que este no es el primer caso en el que la Corte Suprema se encuentra bajo una fuerte presión política. En otros momentos de la historia reciente, el tribunal ha tomado decisiones que han sido interpretadas como alineadas con los intereses de los sectores más poderosos del país. Así, la independencia judicial, un principio fundamental de cualquier democracia, se ve puesta a prueba una vez más.

En conclusión, la causa Vialidad no solo es un juicio penal, sino un reflejo de la batalla política en curso en Argentina. La Corte Suprema, con su reciente pedido de dictamen a la Procuración, deja claro que está consciente de las implicancias políticas de sus decisiones. Mientras la fecha de las elecciones se acerca y las tensiones aumentan, el futuro político de Cristina Kirchner podría depender más que nunca de la manera en que se resuelva este juicio. La Corte no puede escapar a la presión de los actores políticos que buscan un resultado favorable a sus intereses, y eso deja en duda la imparcialidad y la independencia del poder judicial en el país.

Fuente:

  • https://www.pagina12.com.ar/818865-la-corte-suprema-apura-la-causa-vialidad-que-permitiria-pros

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