Santiago Caputo amenazó al Diputado Manes en el Congreso

Santiago Caputo: el poder en las sombras y su patoteada antidemocrática en el Congreso

Un operador envalentonado que desnuda el verdadero rostro del mileísmo

El escándalo protagonizado por Santiago Caputo durante la Asamblea Legislativa expone, una vez más, el talante violento y antidemocrático del círculo más íntimo de Javier Milei. El asesor presidencial y operador en las sombras no solo estuvo presente en el recinto sin ninguna función oficial, sino que además participó activamente en una agresión física y verbal contra el diputado radical Facundo Manes, quien denunció haber sido golpeado por allegados a Caputo tras mostrarle una copia de la Constitución Nacional.

Este episodio no es un hecho aislado, sino parte de un modus operandi: una estructura de poder paralela que desprecia las instituciones, manipula desde las sombras y cree que el país es una extensión de su grupo de WhatsApp libertario.

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Un asesor convertido en patovica del poder

Santiago Caputo ha sido señalado en múltiples ocasiones como el cerebro comunicacional de Milei y el encargado de diseñar la estrategia digital que lo llevó a la presidencia. Sin embargo, su rol trasciende lo meramente mediático: es un operador clave en la toma de decisiones, con un nivel de influencia que genera incomodidad incluso dentro del propio gobierno.

Durante la Asamblea Legislativa, mientras Milei atacaba a la dirigencia política con su clásico discurso de odio, Manes levantó una Constitución Nacional y se la mostró a Caputo, en un claro mensaje contra el autoritarismo que el libertario intenta imponer. La reacción del asesor presidencial fue inmediata y violenta: según el testimonio del diputado, sus allegados lo golpearon físicamente en el recinto, demostrando que el mileísmo no tolera la más mínima disidencia.

El propio Milei no solo no repudió la agresión, sino que se sumó a la embestida con una burla directa: «Leela, Manes, te va a hacer bien», en una escena propia de un matón de escuela.

Gobernar con trolls y patotas

El episodio protagonizado por Caputo confirma una tendencia preocupante en la gestión de Milei: el gobierno no se sostiene en el debate democrático, sino en la intimidación y el hostigamiento. Las redes sociales han sido el terreno de batalla predilecto de este grupo, donde Caputo coordina ataques sistemáticos contra periodistas, opositores y cualquier voz crítica.

La lógica digital de las fake news, los escraches y las campañas de odio ha dado el salto al mundo real, con agresiones dentro del Congreso de la Nación. Si un asesor presidencial se siente con la impunidad de patotear a un diputado en el recinto, ¿qué pueden esperar los ciudadanos de a pie que se atrevan a criticar al gobierno?

Este no es un hecho aislado. Ya se ha visto cómo el oficialismo ha intentado disciplinar a la oposición con amenazas, descalificaciones y la criminalización de la protesta social. El ascenso de figuras como Caputo, que ni siquiera tienen un cargo formal pero operan con poder absoluto, es un síntoma de un gobierno donde el autoritarismo y el abuso de poder son moneda corriente.

Caputo y el Mileísmo: un modelo sin Constitución

El hecho de que un asesor no electo se sienta con la libertad de operar dentro del Congreso, hostigar legisladores y manejar el país en las sombras es un atropello a la democracia. Santiago Caputo representa la esencia misma del poder paralelo de Milei, un entramado donde las instituciones son un obstáculo y la Constitución un papel sin valor.

Su accionar violento no es una anécdota, sino una advertencia: el modelo libertario no cree en el pluralismo, sino en la imposición por la fuerza. La oposición y la sociedad deben estar alertas, porque cada paso que dan estos personajes en las sombras es un paso hacia un país donde las diferencias no se resuelven con el debate, sino con patotas y amenazas.

Santiago Caputo no es solo el asesor presidencial: es el símbolo de un poder que desprecia la democracia y que no duda en usar la violencia para acallar a quienes no se arrodillan ante Milei.

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