La crisis en el sector asegurador se profundiza con la liquidación de otra empresa histórica. El Estado se desentiende, el mercado se retrae y el ajuste deja un tendal de trabajadores y usuarios vulnerables.
La crisis en el sector asegurador se profundiza con la liquidación de otra empresa histórica. El Estado se desentiende, el mercado se retrae y el ajuste deja un tendal de trabajadores y usuarios vulnerables.
La motosierra no perdona. Ni siquiera a quienes por décadas ofrecieron protección y previsión. La aseguradora Orbis Compañía Argentina de Seguros S.A., con más de 60 años de trayectoria en el país, cerró sus puertas dejando 200 trabajadores en la calle y 350 mil clientes sin cobertura efectiva. El caso, aunque escandaloso, no es aislado: ya se contabilizan seis compañías liquidadas en menos de un año.
En marzo de este año, la Superintendencia de Seguros de la Nación (SSN) le revocó la autorización para operar luego de que la empresa solicitara su liquidación voluntaria. Lo que en lenguaje corporativo se presenta como “transición ordenada” y “responsabilidad institucional”, en el terreno real se traduce en despidos masivos, indemnizaciones recortadas, protestas gremiales y un mercado cada vez más concentrado y excluyente.
Un ajuste que liquida hasta a los aseguradores
Orbis estaba en el puesto 25 del ranking sectorial. No era una pequeña aseguradora de barrio, sino una firma con cobertura nacional, 13 sucursales y productos que abarcaban seguros de autos, motos, vida y accidentes personales. Su caída no es producto de la casualidad ni de una mala administración puntual: forma parte de un proceso más profundo de achicamiento planificado, avalado por el Gobierno nacional y ejecutado por la SSN.
En los últimos meses, también se disolvieron las aseguradoras Caledonia, Escudo, Juncal, Boston y TPC. En total, alrededor de 500 despidos directos y una cifra mucho mayor de trabajadores afectados de forma indirecta. La retórica del “Estado mínimo” se traduce en mercados desregulados y servicios esenciales transformados en productos de lujo.
Desde el Sindicato del Seguro, conducido por Daniel Navazo y Jorge Sola, alertaron sobre este fenómeno y realizaron movilizaciones frente a la sede de Orbis en Almagro, donde trabajadores despedidos denuncian que la empresa “pretende pagar solo el 50% de la indemnización y ni siquiera eso está cumpliendo”.
El rol del Estado ausente (o cómplice)
La SSN, lejos de interceder en favor de los trabajadores o de los 350 mil clientes afectados, validó la liquidación bajo el pretexto de “garantizar una transición ordenada”. Pero los hechos demuestran otra cosa: coberturas interrumpidas, compromisos incumplidos y trabajadores abandonados en medio de un proceso opaco y con nulo control social.
La excusa de la «autoliquidación voluntaria» esconde un patrón de desinversión y abandono que el gobierno de Javier Milei promueve como política estructural: reducir costos, facilitar las condiciones para las grandes empresas, y correr al Estado de su rol de regulador y protector de derechos.
El mercado se concentra, los riesgos aumentan
Paradójicamente, mientras se liquida Orbis y otras firmas, algunas compañías como Federación Patronal Seguros, San Cristóbal o Mercantil Andina muestran crecimientos cercanos al 140%. ¿Cómo se explica? El mercado asegurador, al igual que otros sectores, se está concentrando: las grandes absorben lo que dejan las pequeñas y medianas, mientras se reducen derechos laborales y condiciones de competencia.
Este fenómeno no solo genera desempleo, sino que deja a millones de personas sin acceso real a seguros asequibles, empujándolas al mercado informal o directamente a la desprotección total.
Ajuste sin anestesia: las víctimas invisibles del nuevo orden
La motosierra no solo afecta a empleados públicos o beneficiarios de planes sociales. También a trabajadores de empresas privadas que se ven arrastradas por un modelo que privilegia la especulación financiera por sobre la producción y el trabajo. El “Estado ausente” no es neutral: es un Estado que abandona a los débiles para beneficiar a los fuertes.
La desaparición de compañías aseguradoras no solo impacta en los empleos perdidos: rompe cadenas de confianza, destruye redes de atención, debilita las relaciones contractuales y deja al descubierto la fragilidad del sistema económico bajo el mandato libertario.
Un caso testigo del colapso anunciado
El cierre de Orbis no es solo una noticia empresarial. Es un síntoma del colapso planificado de estructuras que durante décadas garantizaron una mínima estabilidad a millones de argentinos. El “libre mercado” pregonado por Milei no genera competencia ni eficiencia, sino concentración, desempleo y desprotección.
En este escenario, la ausencia de reguladores con perspectiva social, la falta de controles reales y el achicamiento del Estado son una bomba de tiempo. Orbis fue el caso testigo. El resto del sistema espera su turno.
Fuente:
- https://noticiasargentinas.com/empresas—negocios/una-compania-de-seguros-cerro–dejo-200-empleados-en-la-calle-y-350-mil-clientes-en-el-limbo_a68094b65e49e9b5187038e83
Deja una respuesta