La multinacional Linde Praxair avanza con despidos arbitrarios en su planta de Pacheco, mientras el gobierno de Javier Milei mantiene un silencio cómplice frente a la vulneración de derechos laborales y sindicales.
La Federación de Sindicatos de Trabajadores de Industrias Químicas y Petroquímicas (FESTIQyPRA) denuncia el carácter antisindical de los despidos y exige la reincorporación inmediata de los trabajadores afectados. La ofensiva empresarial se da en un contexto de ajuste económico y desmantelamiento de derechos promovido por el gobierno nacional.
El ajuste económico del gobierno de Javier Milei no solo se traduce en recortes presupuestarios, privatizaciones y tarifazos. También se manifiesta en un ataque sistemático a los derechos laborales, facilitando prácticas empresariales que buscan disciplinar a la clase trabajadora. El caso de los diez trabajadores despedidos en la planta de Linde Praxair, en Pacheco, es un ejemplo paradigmático de cómo la política económica oficial habilita el avance de las corporaciones sobre conquistas históricas del movimiento obrero.
La Federación de Sindicatos de Trabajadores de Industrias Químicas y Petroquímicas de la República Argentina (FESTIQyPRA), liderada por Omar Barbero, no tardó en expresar su solidaridad con los despedidos, denunciando el carácter arbitrario y antisindical de las desvinculaciones. “No se trata de simples ajustes de personal: estamos ante un claro intento de disciplinamiento y persecución sindical”, señala el comunicado de la organización gremial, que repudia las prácticas empresariales que buscan debilitar la organización de los trabajadores.
Detrás de estos despidos no hay una crisis económica interna de la empresa ni un descenso en la producción. Linde Praxair es una multinacional con ganancias millonarias a nivel global. El verdadero objetivo es otro: quebrar la resistencia sindical, fragmentar la unidad de los trabajadores y consolidar un modelo de relaciones laborales basado en la precarización y el miedo.
La complicidad del Estado en este proceso es evidente. El gobierno de Javier Milei, que se presenta como adalid de la «libertad» y el «mercado», en realidad promueve un escenario donde las patronales tienen vía libre para vulnerar derechos fundamentales. La falta de intervención de las autoridades ante estos despidos es un acto de omisión deliberada que favorece a las empresas y deja a los trabajadores desprotegidos.
FESTIQyPRA exige no solo la inmediata reincorporación de los despedidos, sino también el cese de toda práctica persecutoria y discriminatoria contra la actividad sindical. Reclama el respeto irrestricto a la libertad sindical, tal como lo establecen la Constitución Nacional, la Ley de Asociaciones Sindicales y los convenios colectivos de trabajo vigentes.
El comunicado de la Federación también hace un llamado a la unidad del movimiento obrero. En un contexto de ofensiva patronal y gubernamental contra los derechos laborales, la organización y la solidaridad entre los distintos gremios del sector se convierten en herramientas imprescindibles para frenar el avance del ajuste. “Solo juntos podremos enfrentar este atropello”, subraya FESTIQyPRA.
Resulta indispensable que las autoridades competentes intervengan de manera urgente para garantizar el cumplimiento de la legislación vigente y frenar los abusos de las patronales. Sin embargo, la experiencia reciente muestra que la respuesta del gobierno de Milei frente a los conflictos laborales ha sido sistemáticamente favorable a los intereses empresariales. No hay que esperar soluciones de un Estado que está alineado con la lógica del mercado y la desregulación.
El ajuste no es solo una cuestión de números o de «eficiencia económica». Tiene rostros concretos: familias que quedan en la calle, trabajadores que pierden su sustento, organizaciones sindicales debilitadas. El caso de Linde Praxair es una postal del modelo que Milei pretende consolidar en la Argentina: un país donde el derecho al trabajo digno y la libertad sindical sean una excepción y no una norma.
Frente a este panorama, la resistencia obrera se vuelve una necesidad urgente. La lucha de los despedidos de Praxair no es un hecho aislado; es parte de una batalla más amplia por la defensa de los derechos conquistados y contra un proyecto de país que solo beneficia a unos pocos.
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