Telecom, bajo la marca Personal Flow, decidió reemplazar el noticiero local de Somos Santa Fe por una señal de Rosario, dejando a decenas de trabajadores en la incertidumbre. El sindicato SATSAID exige respuestas, pero el gobierno de Javier Milei parece más interesado en desregular que en proteger los medios locales.
El canal Somos Santa Fe, una de las pocas ventanas que le quedaban a la provincia para contar sus propias historias, está al borde del apagón definitivo. Telecom, la gigante de las telecomunicaciones que opera bajo la marca Personal Flow, decidió sin previo aviso reemplazar el noticiero local por una señal proveniente de Rosario. Esta medida, que parece ser el primer paso hacia el cierre definitivo del canal, ha dejado a decenas de trabajadores en la incertidumbre y ha generado un fuerte repudio por parte del sindicato SATSAID, que ya ha enviado una carta documento exigiendo explicaciones.
El lunes 10 de febrero, los empleados de Somos Santa Fe llegaron a sus puestos de trabajo para encontrarse con que su labor diaria ya no tenía sentido. La empresa había decidido unilateralmente dejar de emitir el noticiero local y, en su lugar, transmitir una señal de Rosario. Para los trabajadores que no aceptaron los retiros voluntarios, esta decisión fue un balde de agua fría. No solo se les negó la posibilidad de seguir produciendo contenido local, sino que también se les dejó en la más absoluta incertidumbre sobre su futuro laboral.
El sindicato SATSAID, representado por el secretario General Adjunto Marcelo Rigo, no tardó en reaccionar. El mismo lunes, envió una carta documento a Telecom exigiendo una aclaración sobre la situación de los trabajadores y trabajadoras. En la misiva, el gremio intimó a la empresa a dar una respuesta en un plazo de 48 horas. Sin embargo, hasta el momento, la empresa ha guardado un silencio que solo aumenta la preocupación.
Lo que está en juego aquí no es solo el futuro de un canal de televisión, sino la supervivencia de la identidad local en un ecosistema mediático cada vez más concentrado y menos diverso. Somos Santa Fe no es un simple canal de cable; es una ventana a la cultura, las noticias y las problemáticas de una provincia que lucha por mantener su voz en un país donde los medios locales están desapareciendo a un ritmo alarmante.
El gobierno de Javier Milei, que ha hecho de la desregulación y el libre mercado su bandera, parece no tener interés en detener este proceso. Mientras las grandes empresas como Telecom toman decisiones que afectan directamente a las comunidades locales, el gobierno se limita a observar desde la distancia. La falta de políticas públicas que protejan a los medios locales y a sus trabajadores es una muestra más de la desidia de un gobierno que prioriza los intereses corporativos sobre las necesidades de la población.
El caso de Somos Santa Fe no es aislado. Es parte de una tendencia preocupante en Argentina, donde los medios locales están siendo vaciados y cerrados, dejando a las comunidades sin herramientas para informarse y expresarse. Si este canal cierra, será otra voz local que se apaga, otra historia que queda sin contar, otra comunidad que pierde su identidad.
El silencio de Telecom y la indiferencia del gobierno de Milei son cómplices de este vaciamiento. Mientras tanto, los trabajadores de Somos Santa Fe siguen esperando respuestas, y la provincia de Santa Fe se queda sin una de las pocas plataformas que le permitían contar su propia historia.
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