La protesta de los trabajadores de Granja Tres Arroyos copó el centro de Concepción del Uruguay

El grito de los olvidados

Miles de empleados, sindicatos y colectivos LGBTQ+ se unen en una marcha masiva para exigir el pago de salarios y denunciar despidos, mientras el gobierno nacional mira hacia otro lado.

En una muestra de resistencia y unidad, los trabajadores de Granja Tres Arroyos coparon el centro de Concepción del Uruguay para reclamar por sus derechos laborales. Con el apoyo de la CGT y otros colectivos, la protesta se convirtió en un cuestionamiento directo a las políticas económicas del gobierno de Javier Milei.

El centro de Concepción del Uruguay, en la provincia de Entre Ríos, fue testigo este sábado de una movilización histórica. Miles de trabajadores de Granja Tres Arroyos, acompañados por sindicatos, colectivos LGBTQ+ y vecinos, tomaron las calles para exigir el pago de salarios atrasados y denunciar los despidos masivos que amenazan a más de 400 empleados. La protesta, que se extendió hasta Plaza Ramírez, no solo puso en evidencia la crisis laboral que atraviesa la empresa avícola, sino que también se convirtió en un duro cuestionamiento a las políticas económicas del gobierno de Javier Milei.

La planta «La China», propiedad de Granja Tres Arroyos, lleva semanas paralizada por decisión patronal. Mientras los trabajadores mantienen un acampe a las puertas de la fábrica, soportando las inclemencias del tiempo, la empresa se niega a producir y a cumplir con sus obligaciones salariales. Miguel Klener, secretario general del Sindicato de Trabajadores de Industrias de la Alimentación (STIA), fue claro en su mensaje: «Esto jamás pasó en la historia de la empresa. Les deben pagar lo que les corresponde». Sin embargo, las promesas no han sido suficientes para calmar la indignación de quienes llevan meses sin recibir un salario.

La protesta no fue solo un reclamo laboral; fue también un acto político. Las pancartas de la CGT y las consignas de los colectivos LGBTQ+ que se sumaron a la marcha dejaron en claro que el descontento trasciende a Granja Tres Arroyos. «No somos números, somos personas», se escuchaba entre la multitud, en una clara crítica a las medidas de ajuste impulsadas por el gobierno nacional. La presencia de estos grupos evidenció cómo las políticas de Milei están afectando a los sectores más vulnerables de la sociedad, desde los trabajadores hasta las minorías.

El lunes 17 de febrero, la Secretaría de Trabajo de la Nación intentará mediar en una nueva reunión de conciliación obligatoria entre la empresa y los trabajadores. Sin embargo, las expectativas son bajas. La patronal ha demostrado poca voluntad para resolver el conflicto, y el gobierno, lejos de intervenir de manera efectiva, parece más interesado en mantener su agenda de recortes y desregulaciones. Mientras tanto, los trabajadores siguen acampando, resistiendo y esperando una solución que parece cada vez más lejana.

Esta protesta no es solo un reclamo por salarios impagos; es un grito desesperado de quienes se sienten abandonados por un sistema que prioriza los intereses económicos sobre los derechos humanos. En un contexto donde el gobierno de Milei insiste en recortar derechos laborales y desmantelar el Estado de bienestar, la movilización en Concepción del Uruguay es un recordatorio de que, cuando el pueblo se une, su voz no puede ser ignorada.

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