Los sindicatos endurecen su postura mientras el gobierno avanza con su ajuste brutal
El tercer paro general contra Javier Milei, convocado por la Confederación General del Trabajo (CGT) para el 10 de abril, marcará un punto de inflexión en el creciente conflicto social desatado por las políticas del gobierno libertario. Esta vez, la adhesión del transporte será total: no circularán trenes, colectivos ni subtes durante 24 horas, lo que garantiza una parálisis completa en todo el país.
Omar Maturano, secretario general del gremio ferroviario La Fraternidad, confirmó la medida con una advertencia clara: «No funcionará ningún tren, colectivo ni subte. No funcionarán más transportes públicos». Sus declaraciones reflejan la magnitud del hartazgo que reina en el movimiento sindical ante el brutal ajuste económico, los despidos masivos y la caída estrepitosa del poder adquisitivo.
El paro se da en un contexto donde la CGT ya venía reclamando una huelga de 36 horas con movilización, lo que evidencia la escalada del conflicto. A su vez, la jornada del 9 de abril tendrá un fuerte componente simbólico, ya que incluirá una marcha en defensa de los jubilados, las principales víctimas del ajuste mileísta. La movilización confluirá en la Plaza de los Dos Congresos, donde miles de manifestantes reclamarán por la devastadora pérdida de poder adquisitivo de los haberes previsionales.
El modelo Milei: ajuste para los trabajadores, negocios para los poderosos
El gobierno de Javier Milei llegó con la promesa de combatir «la casta», pero en la práctica, su política económica ha beneficiado a los grandes grupos financieros y a las corporaciones, mientras los trabajadores, jubilados y sectores populares son quienes pagan el costo del ajuste.
La inflación sigue pulverizando los salarios, las paritarias estatales han sido prácticamente anuladas, y los despidos masivos en el sector público muestran la cara más salvaje del modelo libertario. Mientras tanto, el ministro de Economía, Luis Caputo, continúa con su política de enfriar la economía a cualquier costo, sin importar las consecuencias sobre el empleo, la producción y el consumo interno.
El gobierno también ha implementado una feroz represión contra la protesta social, con la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, al frente de una estrategia de criminalización de la resistencia sindical. Maturano, en un mensaje directo a Bullrich, le pidió que «no joda con los trabajadores», en alusión a los operativos de seguridad que buscan intimidar a quienes se manifiestan contra el ajuste.
El transporte en pie de guerra: una huelga que paraliza al país
El papel del sector del transporte en el paro del 10 de abril es crucial. Sin trenes, colectivos ni subtes, la medida de fuerza se convertirá en una demostración de fuerza sin precedentes contra el modelo económico de Milei. Maturano dejó en claro que la adhesión será total y que los sindicatos ya no aceptan discursos dilatorios ni amenazas del gobierno.
El fracaso del DNU 70/23, con el que Milei intentó una desregulación salvaje del mercado laboral, y la derrota legislativa de la Ley Ómnibus, mostraron que el oficialismo no tiene el control absoluto del país. Sin embargo, la administración libertaria insiste con su plan de ajuste, sin modificar su hoja de ruta. El problema es que los costos sociales de este modelo se están volviendo insostenibles: la pobreza alcanza niveles récord, la indigencia crece y los niveles de actividad económica caen en picada.
Desde el sector sindical ya advierten que este paro puede ser solo el comienzo de un ciclo de conflictividad aún mayor. La CGT, que inicialmente tuvo una postura más cautelosa, ahora endurece su posición ante la intransigencia del gobierno. Mientras tanto, las bases sindicales presionan para que se avance con un paro general de 36 horas con movilización, lo que dejaría a Milei en una situación aún más complicada.
Jubilados en la mira: el ajuste más despiadado
Uno de los sectores más golpeados por el modelo libertario es el de los jubilados. La brutal devaluación y la falta de actualización de los haberes han generado una crisis humanitaria en los sectores más vulnerables. En este contexto, la jornada del 9 de abril incluirá una gran movilización en defensa de los jubilados, quienes han visto cómo sus ingresos se han reducido a niveles de miseria mientras el gobierno mantiene su política de ajuste sin contemplaciones.
Los gremios del transporte acompañarán esa movilización, lo que refuerza el carácter político y social del paro. La imagen de miles de jubilados marchando en defensa de su derecho a una vida digna será un golpe simbólico para un gobierno que, lejos de defender a los sectores más frágiles, solo beneficia a los grandes grupos económicos y financieros.
Un 2024 marcado por la lucha sindical
El 10 de abril será un punto de inflexión en el enfrentamiento entre Milei y el movimiento sindical. La parálisis total del transporte convertirá la jornada en una demostración de fuerza del sindicalismo argentino, que, pese a las amenazas y las estrategias de división impulsadas por el gobierno, mantiene su capacidad de organización y resistencia.
Si el gobierno persiste con su modelo de ajuste sin concesiones, es probable que este no sea el último paro general del año. El conflicto social sigue escalando, y la negativa de Milei a negociar con los sindicatos podría generar un escenario aún más complejo en los próximos meses.
Mientras tanto, el paro del 10 de abril servirá como termómetro del descontento social. Si la adhesión es masiva, como todo indica, el gobierno libertario tendrá que enfrentarse a una realidad ineludible: sin trabajadores, sin transporte y sin un modelo económico que contemple el bienestar de la mayoría, no hay estabilidad posible.
Fuente:
- https://www.infogremiales.com.ar/maturano-confirmo-la-adhesion-total-del-transporte-al-paro-general-a-las-00-horas-del-jueves-10-de-abril-no-funcionara-ningun-tren-colectivo-subte-no-funcionaran-mas-transportes-publicos/
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