La decisión oportuna de suspender clases en Bahía Blanca evitó una tragedia mayor durante el devastador temporal que azotó la ciudad. El reciente temporal dejó al descubierto no solo la vulnerabilidad de la ciudad ante fenómenos climáticos extremos, sino también la eficacia de un liderazgo local comprometido frente a la desidia de un gobierno nacional ausente. El intendente Federico Susbielles tomó una decisión que, sin exagerar, salvó la vida de miles de niños: la suspensión de clases ante la inminencia del desastre.
Una Tormenta Anunciada y una Decisión Crucial
(Por Walter Onorato) El Servicio Meteorológico Nacional había emitido alertas sobre un frente de tormenta que amenazaba con descargar lluvias torrenciales en la región. Lejos de minimizar la advertencia, Susbielles actuó con celeridad y determinación, ordenando la suspensión de las actividades escolares. Esta medida, que en su momento pudo parecer extrema para algunos, resultó ser providencial.
Durante las primeras horas del temporal, cayeron más de 300 milímetros de agua en solo cinco horas, una cantidad que supera la media anual de precipitaciones en la zona. Las calles se transformaron en ríos caudalosos, arrastrando vehículos y anegando viviendas. Lamentablemente, se registraron al menos diez víctimas fatales, entre ellas una mujer que fue sorprendida por la inundación mientras transitaba por la vía pública.
Debemos se precisos, la experiencia de lo sucedido en Bahía Blanca ha dejado como advertencia que es imperante reforzar los recursos destinados a la prevención y respuesta ante desastres climáticos, incluyendo el fortalecimiento del Servicio Meteorológico Nacional, cuyo desfinanciamiento por parte del gobierno de Javier Milei, pone en riesgo la capacidad de anticipar fenómenos extremos. La gestión de emergencias no puede depender de la voluntad individual de los funcionarios locales; requiere de un Estado presente, coordinado y con recursos suficientes para proteger a la población.
El Parque de Mayo: Una Trampa Mortal Evitada
Uno de los puntos más críticos durante la inundación fue el Parque de Mayo, una extensa área verde atravesada por el Canal Maldonado. En este parque se encuentra la Escuela Secundaria Nº 24, ubicada a escasos metros del canal. De haberse mantenido las clases, cientos de estudiantes habrían estado en una zona que se convirtió en una trampa mortal debido al desborde del canal. La previsión de Susbielles evitó una catástrofe de magnitudes incalculables y tal como lo expresó en sus redes sociales: «hoy podemos confirmar que suspender las clases en la mañana del viernes fue una decisión que nos permitió salvar muchas vidas.»
La Ausencia del Gobierno Nacional y la Solidaridad Ciudadana
Mientras Bahía Blanca enfrentaba una de las peores catástrofes naturales de su historia, la respuesta del gobierno nacional fue, por decirlo menos, decepcionante. La falta de asistencia inmediata y la ausencia de recursos federales dejaron a la ciudad a merced de sus propias capacidades. El ministro de Gobierno de la provincia de Buenos Aires, Carlos Bianco, no dudó en criticar la inacción de la administración de Javier Milei, señalando que «Nación no trabaja nunca, no nos han llamado, no han puesto a disposición nada».
Ante este abandono, emergió la solidaridad de la comunidad bahiense. Vecinos, organizaciones civiles y fuerzas locales unieron esfuerzos para asistir a los damnificados, demostrando que, incluso en la adversidad, la empatía y el compromiso social pueden suplir la ausencia del Estado.
El Liderazgo de Susbielles: Más Allá de la Emergencia
La gestión de Federico Susbielles durante la crisis fue reconocida por propios y extraños. Su capacidad para coordinar recursos municipales, provinciales y la colaboración de las fuerzas armadas permitió una respuesta más efectiva ante la emergencia. Bajo su dirección, se evacuaron a más de 275 personas en Bahía Blanca y más de 800 en la localidad de Cerri, demostrando una planificación y ejecución eficientes en momentos críticos.
Además, Susbielles no dudó en decretar tres días de duelo en la ciudad en memoria de las víctimas, mientras se enfocaba en coordinar operativos con fuerzas federales, defensa civil y bomberos para asistir a los damnificados. Su liderazgo contrastó notablemente con la indiferencia mostrada por el gobierno nacional.
La Reconstrucción: Un desafío monumental y la Necesidad de un Estado Presente
La devastación causada por el temporal dejó a Bahía Blanca con pérdidas estimadas en 400 millones de dólares en infraestructura. Barrios enteros permanecen anegados, y las tareas de reconstrucción requerirán no solo recursos económicos, sino también una planificación estratégica para evitar futuras tragedias.
La limpieza y mantenimiento del Canal Maldonado se presentan como tareas prioritarias. Este canal, que se extiende desde el Parque de Mayo hasta desembocar en el mar, es fundamental para el drenaje de aguas pluviales. Su obstrucción contribuyó significativamente a la magnitud de las inundaciones.
La tragedia de Bahía Blanca es un recordatorio doloroso de las consecuencias de la desidia y la falta de previsión en la gestión pública. Mientras el gobierno nacional de Javier Milei se muestra ausente e indiferente ante las necesidades de sus ciudadanos, líderes locales como Federico Susbielles demuestran que la acción decidida y el compromiso pueden marcar la diferencia entre la vida y la muerte.
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