Desindustrialización acelerada: El sector siderúrgico pierde un cuarto de su producción

La era Milei marca un récord negativo con una caída del 26% en la producción de acero. El desempleo en el sector crece un 60% mientras el gobierno celebra la «libertad de mercado».
La Cámara Argentina del Acero (CAA) ha revelado cifras devastadoras para el sector. En diciembre de 2024, la producción de acero crudo cayó un 24,3% respecto al mes anterior y un 23,1% en comparación con diciembre de 2023. La fabricación de laminados en caliente no corrió mejor suerte, con una caída del 31,4% intermensual y del 13,1% interanual.

Dato mata relato: un 60% más de trabajadores cobraron seguro por desempleo en la era Milei

Estos números reflejan una crisis profunda que va más allá de simples fluctuaciones del mercado. La política económica del gobierno de Milei, centrada en una apertura indiscriminada y una desregulación salvaje, ha dejado a la industria nacional desprotegida frente a la competencia desleal de economías que no respetan las reglas del libre mercado.

El costo humano de la crisis

El impacto en el empleo es devastador. Acindar, una de las principales empresas del sector, ya ha anunciado su intención de recortar otros 200 puestos de trabajo en su planta de Villa Constitución. Esto se suma a la constante pérdida de empleos que el sector viene sufriendo desde el año pasado.

El desempleo en la era Milei ha crecido un alarmante 60%, dejando a miles de familias en la incertidumbre y la precariedad. La promesa de «lluvia de inversiones» se ha convertido en una tormenta de despidos que azota a los trabajadores argentinos.

Un modelo económico que destruye la industria nacional

La caída no se limita al sector siderúrgico. Según la Asociación de Industriales Metalúrgicos de la República Argentina (ADIMRA), la actividad metalúrgica en su conjunto cayó un 12,1% en el último año. Todos los rubros del sector metalúrgico han experimentado caídas, con algunos sectores como la fundición (-17,7%) y otros productos de metal (-14%) siendo los más afectados.

Este panorama desolador es el resultado directo de un modelo económico que prioriza la especulación financiera por encima de la producción nacional. La falta de políticas de protección a la industria local y el aumento de costos en dólares han creado un cóctel explosivo que amenaza con desmantelar el aparato productivo argentino.

Un futuro incierto

Aunque desde el sector se proyecta un leve aumento para 2025, las expectativas están muy por debajo de los niveles alcanzados en 2023. La persistencia de problemas estructurales, como los impuestos distorsivos y la competencia desleal, ponen en duda cualquier recuperación significativa.

Mientras tanto, el gobierno de Milei continúa defendiendo un modelo que claramente está fracasando. La pregunta que queda flotando en el aire es: ¿cuánto más podrá resistir la industria nacional antes de que sea demasiado tarde?

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