El FMI le dice ‘no’ a Caputo: ¿A cuánto se disparará el dólar en Argentina?

El Fondo Monetario Internacional rechazó las propuestas del gobierno de Milei, exigiendo una devaluación del peso. Con reservas en rojo y un dólar artificialmente bajo, la economía argentina enfrenta una crisis que podría estallar antes de las elecciones.

El FMI rechazó el plan de Caputo y exige una devaluación del peso. Con reservas agotadas y un dólar oficial insostenible, el gobierno de Milei enfrenta una crisis económica que podría desatar una nueva ola inflacionaria y cambiar el mapa político antes de las elecciones.


El gobierno de Javier Milei enfrenta una de sus peores crisis desde que asumió el poder. El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha rechazado las propuestas del ministro de Economía, Luis Caputo, y ha exigido una devaluación del peso como condición para continuar con el apoyo financiero. Esta decisión, que llega en un momento crítico para la economía argentina, podría desatar una nueva ola inflacionaria y cambiar drásticamente el panorama político en el país.

Según fuentes cercanas al FMI, el organismo multilateral no está dispuesto a seguir financiando un dólar oficial que considera «artificialmente bajo». Caputo, quien regresó apresuradamente de Davos tras fracasar en su intento de negociar un acuerdo, intentó calmar las aguas con medidas como el blanqueo de capitales y la inyección de dólares al mercado. Sin embargo, estas acciones no han sido suficientes para convencer al FMI, que insiste en la necesidad de una devaluación para equilibrar la economía.

El problema central es que el dólar oficial, fijado en 1.000 pesos, está muy por debajo de su valor real. Según el índice Big Mac, una herramienta utilizada globalmente para medir el valor de las monedas, el peso argentino es la segunda moneda más atrasada del mundo, solo superada por el franco suizo. Este desequilibrio ha generado una serie de distorsiones en la economía, desde un aumento desmedido de las importaciones hasta una fuga masiva de dólares por turismo y compras en el exterior.

Pero el problema no termina ahí. Las reservas del Banco Central están en niveles críticos, y el gobierno ha tenido que recurrir a medidas desesperadas para mantener el dólar oficial. Según datos oficiales, el gobierno ha utilizado más de 20.000 millones de dólares de los depositantes para sostener el tipo de cambio, una maniobra que ha sido calificada como «insostenible» por los expertos. Además, el gobierno debe más de 25.000 millones de dólares a empresas transnacionales que esperan repatriar sus dividendos, lo que agrava aún más la situación.

La negativa del FMI a continuar apoyando el plan económico de Caputo ha dejado al gobierno en una posición extremadamente vulnerable. Sin el respaldo del organismo, Argentina podría enfrentar una crisis de liquidez que desate una nueva ola inflacionaria. Esto, a su vez, pondría en peligro la única carta que le queda a Milei para ganar las próximas elecciones: la promesa de controlar la inflación.

La inflación, que había mostrado una leve desaceleración en los últimos meses, podría dispararse nuevamente si el gobierno se ve obligado a devaluar el peso. Según la consultora LCG, los precios de los alimentos ya han subido un 2,3% en la primera semana de febrero, lo que sugiere que la presión inflacionaria sigue siendo alta. Si a esto se le suma una devaluación, es probable que la inflación mensual supere el 10%, algo que el gobierno no puede permitirse si quiere mantener su popularidad.

Pero más allá de los números, lo que está en juego es la credibilidad del gobierno de Milei. Desde que asumió, el presidente ha basado su discurso en la idea de que su equipo económico es el más capacitado para sacar al país de la crisis. Sin embargo, la negativa del FMI y la falta de reservas ponen en duda esta narrativa. ¿Cómo puede un gobierno que prometió «sobrar dólares» estar al borde de una crisis cambiaria? La respuesta, según los expertos, es simple: el modelo económico de Milei es insostenible.

En las redes sociales, la noticia ha generado un intenso debate. Mientras algunos usuarios defienden la postura del gobierno, argumentando que el FMI «no entiende la realidad argentina», otros critican la falta de planificación y la dependencia excesiva de un dólar artificial. «Milei prometió un cambio, pero lo único que ha hecho es profundizar la crisis», escribió un usuario en Twitter. «Sin dólares, no hay economía que aguante», agregó otro.

Lo cierto es que el gobierno de Milei enfrenta un dilema difícil de resolver. Si devalúa el peso, corre el riesgo de desatar una nueva ola inflacionaria que podría costarle las elecciones. Si no lo hace, el FMI podría retirar su apoyo, lo que dejaría al país sin acceso a financiamiento internacional. En ambos casos, el resultado es el mismo: una crisis económica que podría cambiar el mapa político de Argentina.

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