En una entrevista explosiva, Hayden Davis, creador de la estafa cripto vinculada a Javier Milei, reveló que tiene USD 100 millones en su poder y espera órdenes del presidente para decidir su destino. Las declaraciones exponen una trama de corrupción, desidia y complicidad que podría sacudir los cimientos del gobierno argentino.
El escándalo cripto que sacude al gobierno de Javier Milei alcanzó un nuevo nivel de gravedad con las declaraciones de Hayden Mark Davis, el supuesto cerebro detrás de la estafa del token $Libra. En una entrevista con el periodista especializado en fraudes digitales Stephen Findeisen, conocido como Coffeezilla, Davis no solo admitió tener USD 100 millones producto de la operación, sino que también lanzó una advertencia directa al presidente argentino: tiene 48 horas para darle instrucciones sobre qué hacer con el dinero.
Davis, quien se autodenomina «asesor» de Milei, aseguró que actuó en nombre del mandatario y que mantuvo múltiples reuniones con él y su entorno cercano, incluyendo a Karina Milei, hermana y mano derecha del presidente. «No iba a aceptar dinero en este trato, lo estaba haciendo en nombre de Milei», afirmó el empresario, quien también reveló que sus socios en la maniobra fueron Mauricio Novelli y Manuel Terrones Godoy, figuras conocidas en el mundo cripto y con vínculos directos con el gobierno.
Lo más alarmante de sus declaraciones es la confesión de que el proyecto $Libra no fue una iniciativa independiente, sino parte de un plan gubernamental para «tokenizar» las cuentas públicas de Argentina. Según Davis, Milei no solo estaba al tanto del proyecto, sino que lo respaldó activamente. Sin embargo, tras el fracaso y la posterior exposición del esquema, el presidente y su equipo intentaron desvincularse rápidamente, dejando a Davis como el único responsable.
«Se lavaron las manos. Si quieren que devuelva el dinero, lo haré, pero no me dijeron una mierda», expresó Davis con evidente frustración. El empresario, quien asegura que su vida está en peligro por custodiar el botín, exigió un plan claro por parte del gobierno antes de desprenderse de los fondos. «Le di una ventana de 48 horas», advirtió, mientras criticaba la falta de comunicación y la actitud evasiva de Milei y su equipo.
Las declaraciones de Davis no solo ponen en jaque la credibilidad del gobierno, sino que también exponen una red de complicidades y negocios turbios que involucran a figuras clave del entorno presidencial. Novelli y Terrones, señalados como socios de Davis, tienen un historial de acusaciones por estafas en el mundo de las inversiones digitales, lo que añade más leña al fuego de este escándalo.
Pero más allá de las acusaciones, lo que queda en evidencia es la incapacidad del gobierno de Milei para manejar una crisis de esta magnitud. En lugar de asumir responsabilidades, la Casa Rosada optó por emitir un comunicado deslindando toda relación con Davis, a quien describió como un «socio» del proyecto presentado por KIP Protocol, una firma vinculada al empresario singapurense Julián Peh. Sin embargo, Davis insiste en que fue el propio Milei quien lo contrató como asesor, y que su papel en el lanzamiento de $Libra fue autorizado y supervisado por el gobierno.
El silencio de Milei ante estas acusaciones es ensordecedor. Mientras Davis espera instrucciones, el presidente parece más preocupado por evitar un juicio político que por aclarar su participación en este entramado. «Milei está enloqueciendo porque le van a hacer juicio político», afirmó Davis, quien también sugirió que el mandatario borró un posteo relacionado con $Libra por temor a las consecuencias.
Este escándalo no solo mancha la imagen de un gobierno que llegó al poder prometiendo transparencia y lucha contra la corrupción, sino que también plantea serias dudas sobre la capacidad de Milei para liderar en medio de una crisis. ¿Es el presidente argentino el jefe de una banda estafadora, como sugiere Davis? ¿O simplemente fue víctima de un plan mal ejecutado por sus aliados?
Lo cierto es que, más allá de las respuestas, el daño ya está hecho. La credibilidad de Milei y su gobierno está en entredicho, y la sombra de este criptoescándalo podría perseguirlo durante el resto de su mandato. Mientras tanto, Hayden Davis, con USD 100 millones en su poder y una vida en riesgo, espera instrucciones que podrían nunca llegar.
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