Bahía Blanca, una de las ciudades donde Javier Milei obtuvo un respaldo contundente en las elecciones presidenciales, hoy sufre las consecuencias directas de una de sus principales promesas de campaña: el fin de la obra pública financiada por el Estado. Las copiosas lluvias y el desborde del arroyo Napostá expusieron el error de pensar que se puede vivir sin estado y en segunda instancia la falacia de que es beneficioso para la sociedad tener un gobierno nacional que mantenga paralizada la obra pública como los proyectos de mantenimiento y prevención hídrica.
El tiro en el pie: El voto bahiense y la promesa de la motosierra
(Por Walter Onorato) En las elecciones de 2023, Milei arrasó en Bahía Blanca con un discurso de ajuste fiscal extremo y la eliminación del financiamiento estatal para obras públicas, promoviendo un sistema de inversión privada que, hasta ahora, no se ha materializado. El respaldo de los bahienses fue en gran medida, según algunos analistas, un voto de castigo al modelo anterior. Históricamente la ciudad siempre fue marcadamente antiperonista, pero a esto debemos sumarle que apostaron por una ideología que hoy muestra sus límites ante la realidad: la farsa libertaria.
Para contextualizar debemos recordar que fue lo que eligieron los propios Bahienses para la presidencia en las elecciones de 2023, los resultados fueron los siguientes. Primera vuelta (22 de octubre de 2023):
- Javier Milei (La Libertad Avanza): 32,97% (60.996 votos)
- Patricia Bullrich (Juntos por el Cambio): 29,92% (55.366 votos)
- Sergio Massa (Unión por la Patria): 28,63% (52.967 votos)
- Juan Schiaretti (Hacemos por Nuestro País): 4,47% (8.270 votos)
- Myriam Bregman (Frente de Izquierda y de Trabajadores – Unidad): 3,99% (7.387 votos)
Estos resultados llevaron a una segunda vuelta entre Javier Milei y Sergio Massa. La misma se realizó 19 de noviembre de 2023) dejando con claridad esa postura pro-derecha y anti peronista al fusionarse la propuesta de Milei con la de Patricia Bullrich:
- Javier Milei (La Libertad Avanza): 63,28%
- Sergio Massa (Unión por la Patria): 36,71%
Con el 99,72% de las mesas escrutadas, Javier Milei se impuso en Bahía Blanca con el 63,28% de los votos en el balotaje. Contundente. Votaron por la propuesta de Javier Milei. Repasemos de que se trataba.
En campaña electoral Javier Milei propuso la eliminación de la obra pública financiada por el Estado
En su promesa de campaña electoral Javier Milei propuso un modelo de obra pública 100% privado, esto significaba la eliminación total de la inversión estatal en obras de infraestructura. Lo dijo y lo votaron. Además propuso claramente reemplazar el sistema tradicional de financiamiento estatal por el esquema de iniciativa privada y concesiones. El débil argumento consistía en que el financiamiento privado de la obra pública evitaría la corrupción y reduciría el gasto público. Como si la corrupción no fuese una condición humana, si no que depende del sector donde uno trabaje. Insostenible, pero el bahiense lo votó.
Las lluvias intensas de los últimos días provocaron el desborde del arroyo Napostá, generando inundaciones en distintos barrios de la ciudad. Este fenómeno no es nuevo, pero la ausencia de mantenimiento y la falta de inversión en obras de drenaje han agravado la situación.
Según expertos en infraestructura, los trabajos en canales de desagüe, alcantarillas y defensas hídricas requieren una inversión constante que hoy, bajo el paradigma de Milei, ha sido abandonada. Proyectos de saneamiento y control de inundaciones que dependían del Estado quedaron en suspenso, mientras la inversión privada prometida para reemplazarlos brilla por su ausencia.
Desde su asunción el 10 de diciembre de 2023, el presidente Javier Milei implementó una serie de medidas que impactaron significativamente en el ámbito de la obra pública en la república Argentina. Por ejemplo, la reestructuración ministerial y eliminación del Ministerio de Infraestructura: Inicialmente, se creó el Ministerio de Infraestructura, liderado por Guillermo Ferraro. Sin embargo, tras su renuncia el 26 de febrero de 2024, este ministerio fue disuelto y sus funciones fueron absorbidas por el Ministerio de Economía.
Con la paralización de obras públicas y reducción de inversiones, se anunció el cese de las licitaciones de obras públicas por parte del gobierno nacional. Esto hizo que junto con la política de reducción de empleados estatales, llevó a la paralización de entre 3.500 y 4.000 proyectos en curso. Esta situación resultó en la pérdida de más de 100.000 empleos en el sector de la construcción.
Estas medidas impactaron en sectores clave como el Transporte ferroviario: La inversión en la red ferroviaria se redujo en un 98%, y los gastos operativos disminuyeron en un 41%, afectando gravemente el servicio y mantenimiento de los trenes. La Infraestructura vial, donde se registró una reducción del 100% en los corredores viales, lo que afectó el mantenimiento y desarrollo de las rutas nacionales. También se vió afectada la Energía, donde la inversión en Enarsa, empresa estatal de energía, se redujo en un 55,9%, impactando en proyectos energéticos estratégicos.
La paradoja del voto y el impacto en la vida cotidiana
El contraste entre el voto mayoritario a Milei y el impacto directo de sus políticas en la ciudad genera una paradoja evidente: quienes apoyaron la reducción del Estado hoy sufren por su ausencia. Esta contradicción plantea preguntas fundamentales sobre la viabilidad del modelo libertario en contextos donde la infraestructura es clave para la vida cotidiana.
Votar por el recorte del estado no sólo es menos obras públicas si no también menos hospitales, menos bomberos, menos en Defensa Civil… Todo aquello que se necesite en una catástrofe como le ocurrida en nuestra ciudad significa concretamente, según la propuesta de Milei, que sea reducida a su máxima expresión y que todo sea regulado por el mercado. ¿Qué significa esto? Que sólo contará con estos «servicios» aquellos que puedan pagarlos.
Mientras tanto, el municipio y la provincia que se encuentran en la vereda opuesta a la locura libertaria, intentan contener la emergencia con recursos limitados, ya que la Nación ha cortado los fondos para la obra pública, dejando a las ciudades a merced de la voluntad del sector privado, que hasta el momento no ha demostrado (ni lo harán) interés en asumir estas responsabilidades porque obviamente no son rentables.
Cuando la realidad golpea al discurso libertario
Las inundaciones en Bahía Blanca son la evidencia irrefutable de lo que ocurre cuando la ideología se enfrenta a la realidad. La promesa de reducir el Estado hasta su mínima expresión choca de frente con problemas estructurales que, sin intervención pública, se convierten en catástrofes evitables. Cuando Milei hablaba de «menos Estado», no solo apuntaba a la obra pública, sino también al desmantelamiento de recursos esenciales: menos médicos, enfermeros, bomberos, docentes y policías. Ahora, mientras los bahienses intentan recomponerse del desastre, la pregunta inevitable es si el resto del país seguirá respaldando un modelo que, ante emergencias como esta, simplemente te deja a la deriva.
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